Desenfunda, vaquero, un mundo-píxel te espera allá en el Lejano Oeste

Miguel Negrillo 27/04/2015 18:30

Imagina despertar un día en tu rancho con tu madre insistiendo en que ayudes a tu hermano a meter a los búfalos en su establo sin que se escapen. A regañadientes sales de la cama y empiezas a perseguir a esos enormes animales hasta que cumples la primera misión del juego. ¡Lástima! Uno escapa y te toca a ti ir detrás de él. A partir de aquí, todo cambia: unos bandidos atacan tu hogar y matan a tu familia. Ahora solo queda una cosa que hacer, vengarse.

‘Westerado: Double Barreled’ es la reedición ampliada del simple ‘Westerado’, un videojuego gratuito online que se ejecutaba directamente en el navegador y que hizo las delicias del público hace dos años. La cuestión de si era necesario un ‘Double Barreled’ solo la podrán responder aquellos que sean capaces de completar por primera vez la aventura para comprobar las leves mejoras en cuanto a una mayor duración y la rejugabilidad sobre un mapa conocido con pistas nuevas.

El objetivo es averiguar quién asesinado a tu familia. Se trata de un juego ambientado en el Lejano Oeste repleto de vaqueros, indios, mineros, bandidos, banqueros y del resto de los típicos personajes del ‘Spaghetti Western’. El único modo de descubrir la identidad del bandido que ha matado a tu madre y hermano será a través de las conversaciones con los lugareños o tirando de gatillo. Lo primero dará lugar a multitud de misiones secundarias que reportan dinero y pistas. Lo segundo es más rápido y tampoco tiene por qué ser una mala opción.

‘Westerado: Double Barreled’ es un ‘sandbox’ con total libertad para patear el mapa atravesando ciudades, minas y desiertos. El inicio tiene reminiscencias de los RPG de antaño (despiertas en una cama y te encuentras con tu madre antes de la aventura de tu vida, ¿y no eliges a tu Pokémon acompañante?), pero adaptado a la mecánica actual de juegos independientes que explotan lo retro al máximo. Quizá demasiado, ya que los tiroteos son predecibles y la mayor dificultad no radica en la IA de la máquina, sino en tu soltura con el teclado. Aquí las muertes son un elemento más, no el espectacular fin último de otros juegos ‘pixel art’ como los ‘Hootline Miami’.

Al principio es divertido. Las conversaciones tienen un humor ácido muy acorde con la libertad de gatillo que te ofrece el juego. Pero al final se reduce a una sucesión de misiones que cumplen siempre el mismo esquema: ve y mata, habla o roba (o las tres), y vuelve para contárselo a quien te haya enviado. Recoge tu recompensa y busca otra pista hasta dar con los rasgos suficientes que desvelen al malvado asesino.

Conclusión

Es un juego que, sin duda, querrás probar. Los aficionados a las películas de vaqueros no lo pueden dejar pasar, y mucho mejor si están atentos a los muchos guiños al cine clásico. La rejugabilidad es alta, siempre y cuando no acabes perdido en misiones similares cuya monotonía juega en su contra. Eso sí, cuidado con pensar que sabes quién es el malo de la película, porque quizá la próxima vez que vayas a buscarlo llevará otro sombrero, forastero.