Pulpo precocinado, una pedida de mano y una “casa picadero”, en el estreno de “Ven a cenar conmigo”

cuatro.com 19/09/2017 00:33

María Elena, una italiana residente en España y experta en marketing, ha sido la primera en abrir las puertas de su casa para acoger a cuatro comensales desconocidos e invitarles a cenar. Sus raíces y sus viajes por el mundo han influido mucho en su menú, una serie de platos llenos de invenciones y frescura que , o bien sorprenden y agradan, o bien, no se comprenden en cuanto a sus texturas.

De la crítica personal, a la crítica culinaria: toma zascas

La conversación entre cinco desconocidos que se han atrevido a sentarse juntos en una mesa no podía reducirse a la crítica culinaria, no. En mitad de la cena, ya han aparecido los primeros juicios personales, los prejuicios, las miradas furtivas a la decoración de la casa, los que si pareces una "maruja", o tú un "gigoló"… Lo típico de una velada tranquila.

María Elena no aprueba como anfitriona: se le olvida el pan, servir más vino…

La apuesta culinaria de María Elena (un menú muy mediterráneo pero con platos inventados), podía gustar a los comensales más o menos. Todos los platos, a excepción del ceviche, eran suaves: crema, berenjenas con tomate, tiramisú con fresas… Sin embargo, la recepción y la atención en la mesa ha dejado mucho que desear a ojos de los invitados. ¡Invitar a cenar no es tan fácil!

El menú de Víctor, un clásico: solomillo con patatas panaderas

Cuando han visto la carta, los cuatro invitados de Víctor han dicho lo mismo: es un menú demasiado tradicional. Hacer una cena con la pretensión de complacer a todo el mundo y sin correr riesgos puede salir muy bien, o muy mal. Los cuatro estarán muy pendientes del punto de la carne y del postre, nada fácil de elaborar.

Jacobo, al ver la casa de Víctor: “Esto parece un picadero”

Lo queramos o no, nuestra casa dice mucho de nosotros. Y lo primero que han hecho los cuatro invitados de Víctor es fijarse en la decoración de la casa de su anfitrión (era imposible no hacerlo, había hasta una máquina de hacer palomitas). A Jacobo le ha parecido "el típico piso de soltero…"

Víctor, que tanto criticó a María Elena, obtiene menos puntos que ella

La cena de Víctor ha sido criticada en todos los aspectos: la comida era demasiado tradicional y muy poco arriesgada (a excepción del sirope de fresa en el pulpo, que no ha gustado nada); y el anfitrión ha tardado mucho en servir los platos. Le ha salvado el coulant de postre, que ha sido un éxito pero, aun así, Víctor sólo ha conseguido 21 puntos.