Ha sido el elegido por sus compañeros como anfitrión de la semana. Tito casi se deja el dedo mientras preparaba el menú y ahora se ha convertido en el ganador de la semana. Y es que la cena en casa de Tito fue inolvidable, sobre todo por el baile final a lo ‘YMCA’, el juego incómodo a sus compañeros y el drama de la noche, ¡los comensales descubrieron que no estaban cenando en su casa! Así ha sido la ansiada celebración de Tito.
Un mar japonés y un delantal flamenco, Cristina lo tiene todo para triunfar con su menú
Cristina ha sido la última anfitriona de la semana y ha querido darlo todo con su menú. Eso sí, el arte ya venía dado con el delantal flamenco que se ha marcado. Como entrante, un mar japonés (sopa de miso), como plato principal, recuerdo de la Provence (solomillo a la brasa) y como postre, un jardín en tu plato (toda una sorpresa… con flores de verdad).
¡Camarero, hay una mosca en mi sopa! Cristina tiene la solución
Todo iba de maravilla pero, mientras cenaban, Diego se ha encontrado con una sorpresa en el plato. ¡Una mosca muerta! En seguida se lo ha comunicado a Cristina, que ha actuado como una anfitriona 10. No solo le ha cambiado el plato sino que ha tenido un detallazo con él.
El encuentro más íntimo y ¿romántico? de Diego y Noa en casa de Cristina
Diego y Noa estaba impacientes y no han podido esperar a que Cristina terminase de preparar la cena. Mientras esperaban junto al resto de sus compañeros han decidido echar un vistazo al jardín de la casa y han descubierto un lugar bastante peculiar… Una roca donde poder tumbarse y una tumbona en mitad de jardín puede resultar de lo más atractivo. O quizás no. A Noa le cuesta andar por el césped y Diego ha aprovechado el momento para hacerle ojitos a su compañera.
¡Tensión! Diego cree que Maite es "bastante clasista e irrespetuosa" y se lía durante la cena
A lo largo de la semana hemos podido ver cómo ha evolucionado la relación entre los cinco comensales. Pero parece que la paciencia se agota y hay quienes no están dispuestos a pasar cosas por alto. Diego opina de Maite que es “bastante clasista”, “irrespetuosa” y una “mal invitada”, algo con lo que ella no está para nada de acuerdo: “He vivido en un piso de 30 metros cuadrados con hasta ratas”, contesta la joven. Se masca la tragedia.