Espetos, natillas prefabricadas y un sueño cumplido para Nuria

cuatro.com 13/10/2017 21:33

Muy misterioso y todavía con la seguridad de que él podía ser el ganador de la semana, Sebas ha procedido a leer el resultado final y a todos les ha sorprendido mucho que nadie estuviera en el quinto puesto. Ana y Paco estaban empatados en un cuarto puesto que no les ha hecho ninguna gracia, él en el tercero y Estíbaliz ha estallado de alegría al saber que el premio era para Nuria. La anfitriona nos contó que necesitaba el dinero para que su hija pudiera ir a la universidad y no ha podido contener la emoción al saber que iba a poder cumplir el sueño de su hija de ser médico.

Una última cena con sabor malagueño y una gran mentira

Sebas es un tipo sencillo, humilde y muy orgulloso de su gracia y su cuerpo, por lo que quiso sorprender a sus invitados con un menú muy malagueño y muy marinero. De primero se atrevió con un espeto de sardinas, de plató principal improvisó una caldereta marenga con pulpo, gambas y almejas y de postre… De postre se quedó sin ideas y optó por unas natillas compradas en el supermercado.

Sebas prueba dos cucharadas de su propia medicina

Los invitados quisieron subir a la azotea para saber qué estaba haciendo Sebas y al ver tan implicado con su espetada, el anfitrión decidió improvisar una cena al aire libre. Lo que Sebas no esperaba es que los espetos se le pasaran un poquitín y que Paco decidiera intentar arruinarle su gran noche.

Un momento de ternura y emoción bajo las estrellas

Sus espetos no habían sido un éxito, pero Sebas intentó escapar de las críticas de Paco contándoles a sus invitados por qué había cortado el limón en forma de estrella. Sebas perdió a su madre que se llamaba Estrella cuando tenía solo doce años y no lo ha tenido fácil en la vida. Una historia que consiguió que Paco le entendiera y que Nuria se emocionara muchísimo al escucharle hablar con tanto cariño de su madre.

La gran mentira de la noche sabe a chocolate

A Sebas no le había dado tiempo a preparar el postre y decidió echarle morro y servir a sus comensales unas natillas de paquete. El anfitrión decidió jugarse el todo por el todo y se las presentó como una receta secreta de su abuela, pero los comensales no tienen ni un pelo de tontos y se dieron cuenta de que algo estaba pasando. Aprovechando que Sebas se marchaba a por unos regalitos que les tenía preparados, los comensales hicieron una excursión a la cocina y… ¡Premio! Se encontraron con los envases de las natillas que Sebas les había intentado colar por natillas caseras.