El amor, como la fama, cuesta. Y en este capítulo las princesas y sus acompañantes van a empezar a pagarlo con su sudor. Marta parece haberse enamorado del conquistador de otra princesa y ha dejado de lado al resto de sus pretendientes. Rym perdió la cabeza por el hombre equivocado y ahora sufre por ello. Y Yiya ha tenido una dura pelea con su candidato favorito, hiriendo los sentimientos de algún otro conquistador. El volcán del Reino tendrá que recapacitar y plantearse hacer algo que le cuesta la vida: pedir perdón.
Por suerte, van a poder olvidar sus pequeños descuidos y entregarse a un divertido evento que puede pulir las diferencias que hayan surgido entre unos y otros: las Olimpiadas del amor. Con las tres princesas convertidas en maestras de ceremonias y los dos asesores que quedan asumiendo un papel fundamental, los pretendientes tendrán que esforzarse al máximo para demostrar la total dedicación a su princesa y su entusiasmo en el camino para conseguir enamorarla. Competirán en grupo para alzarse con el galardón y sus esfuerzos serán premiados con suculentos premios según el resultado de su sacrificio. La Villa de las princesas se convertirá en un beligerante –y desternillante- terreno de juego que será testigo de la inaudita habilidad de algunos contendientes pero también de la torpeza asombrosa de otros.
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Además, Yiya descubrirá el secreto de Borja, el que hasta ahora parece ser su conquistador predilecto, una confidencia que descolocará al huracán extremeño y le hará dudar de todo.