Lo que debía ser una fiesta al "eterno capitán" madridista, Raúl González Blanco, se convirtió en un plebiscito sobre la portería del Real Madrid. Ancelotti ordenó calentar a Diego López poco antes de que terminara la primera parte y la grada se dividió entre aplausos y, mayoritariamente, pitos hacia el portero gallego.
El debate sobre la portería blanca divide cada vez más al madridismo. Según Julio Pulido, de Cuatro, Ancelotti cometió una “torpeza infinita” con esta decisión. Torpeza doble, si tenemos en cuenta que Carleto ordenó calentar únicamente a Diego López después de que en el Bernabéu se escuchara claramente gritos de 'Iker, Iker 'Iker'. El periodista Roberto Palomar coincide con Pulido y cree que al entrenador italiano "le ha superado la escena y no ha sabido manejar la situación".
Por su parte, Elías Israel, editor de Sportyou y colaborador de Tiki-Taka, cree que el fallo no es de Ancelotti, sino del club por no haber informado mejor a Ancelotti de la gravedad del tema de la portería en el Real Madrid. Además, cuenta que Ancelotti es el entrenador y, por tanto, es libre de poner a calentar al jugador que estime oportuno.
Juanma Rodríguez defiende la decisión del técnico italiano porque considera que sería cobarde no poner a calentar al portero gallego por lo que el Bernabéu y lo prensa pueda decir. En cualquier caso, el mayor damnificado de la decisión fue el mismo Diego López, que lo único que hizo fue obedecer a su míster y calentar en la banda.
¿Se equivocó el entrenador italiano sacando a calentar a Diego López en el minuto 40? ¿Podía haberse ahorrado esa situación en un partido de homenaje? ¿Debería el público del Bernabéu cerrar filas con el tema de la portería y respetar todas las decisiones de su nuevo entrenador?