Charo ha llevado a sus candidatos a una discoteca de salsa para poner a prueba el ritmo de sus chicos en la primera prueba. Como buena policía, Charo necesita hacer la ficha a sus chicos y lo ha conseguido. Alfredo se ha quedado de piedra porque él nunca ha bailado salsa ni nada parecido, pero ha experimentado una sensación única al bailarlo por primera vez con Charo, el vikingo parece que se atreve con todo. Edgar sin embargo, no ha conseguido adaptarse ni al grupo, ni a Charo y ha decidido irse por su propio pie a ritmo de merengue.