Así son las chicas de Javier
Así son las chicas de Javier
Raquel, 22 años, estudiante. “Eres muy guapo, me gustan los chicos con brazos para que me agarren que soy muy chiquitita”, decía Raquel nada más entrar y Javier vio algo más que su dulzura: “Te voy a sacar el demonio”.Así son las chicas de Javier
Sara 29 años, secretaria de dirección. Nada más entrar, Javier le dio una vuelta para apreciar todas y cada uno de sus curvas: “tú y yo vamos a llevarnos muy bien”, le decía, “creo que vamos a hacer buenas migas”. Para Sara, él es su tipo: “no me gustan los chicos demasiado altos, me gustan como tú fuertecitos”. Pero hubo más, Javier le mostraba unas esposas rojas y le pedía que le hiciera alguna sugerencia: “Una buena noche tú contigo”, decía ella; “¿Tú o yo?”, preguntaba él; “Yo, me atas tú a mí”, replicaba Sara y esto le encantó a Javier. “Llevas el demonio dentro, solo hay que llamarlo” y su madre apuntaba: “Ella tiene el demonio y tú tienes el rabo”.Así son las chicas de Javier
Sara 29 años, secretaria de dirección. Nada más entrar, Javier le dio una vuelta para apreciar todas y cada uno de sus curvas: “tú y yo vamos a llevarnos muy bien”, le decía, “creo que vamos a hacer buenas migas”. Para Sara, él es su tipo: “no me gustan los chicos demasiado altos, me gustan como tú fuertecitos”. Pero hubo más, Javier le mostraba unas esposas rojas y le pedía que le hiciera alguna sugerencia: “Una buena noche tú contigo”, decía ella; “¿Tú o yo?”, preguntaba él; “Yo, me atas tú a mí”, replicaba Sara y esto le encantó a Javier. “Llevas el demonio dentro, solo hay que llamarlo” y su madre apuntaba: “Ella tiene el demonio y tú tienes el rabo”.Así son las chicas de Javier
Sara 29 años, secretaria de dirección. Nada más entrar, Javier le dio una vuelta para apreciar todas y cada uno de sus curvas: “tú y yo vamos a llevarnos muy bien”, le decía, “creo que vamos a hacer buenas migas”. Para Sara, él es su tipo: “no me gustan los chicos demasiado altos, me gustan como tú fuertecitos”. Pero hubo más, Javier le mostraba unas esposas rojas y le pedía que le hiciera alguna sugerencia: “Una buena noche tú contigo”, decía ella; “¿Tú o yo?”, preguntaba él; “Yo, me atas tú a mí”, replicaba Sara y esto le encantó a Javier. “Llevas el demonio dentro, solo hay que llamarlo” y su madre apuntaba: “Ella tiene el demonio y tú tienes el rabo”.Así son las chicas de Javier
Nerea empresaria, experta en finanzas. Tiene 33 años y llega al programa con el objetivo de descubrir lo que Javier puede ocultar: “Detrás de ese tipo duro creo que hay un corderito y me encantaría averiguarlo”. “Me gusta esa actitud”, decía Javier.Así son las chicas de Javier
Lucía 30 años, terapeuta. Su primer punto en común fueron los tatuajes, cuyos significados explicó a Javier. Lucía tiene un hijo de siete años, confesaba estar operada del pecho y ninguno de los dos puntos suponían un inconveniente para quien quiere que sea su marido: “No tengo inconveniente mi madre también está despachada”, decía Javier.Así son las chicas de Javier
Lucía 30 años, terapeuta. Su primer punto en común fueron los tatuajes, cuyos significados explicó a Javier. Lucía tiene un hijo de siete años, confesaba estar operada del pecho y ninguno de los dos puntos suponían un inconveniente para quien quiere que sea su marido: “No tengo inconveniente mi madre también está despachada”, decía Javier.Así son las chicas de Javier
Cristina, estudiante de integración social. Es de Sevilla y declaraba que no le gusta mucho cocinar. Javier quería saber cómo es entre sábanas pero ella prefería guardarse los detalles y solo decir: “no soy la típica que después de un ‘hola qué tal, nos vamos’, no soy así para nada”. Este detalle le gustó mucho a su madre, que le guiñaba un ojo antes de marcharse.Así son las chicas de Javier
Rocío 20 años, camarera. Una vuelta más para ver a Rocío en todo su esplendor. Con el visto bueno ya, Rocío explicaba que viene de Tenerife con un objetivo: “a por ti”.