Jesús se reencuentra con su princesa Itziar
A lomos de un blanco corcel y con un ramo de flores en la mano, Jesús se ha presentado en la estación para recoger a Itziar, la princesa a la que hacía varios programas decidió decir adiós. La candidata ha estallado de alegría al ver a su príncipe y ambos han llorado amargamente por el tiempo perdido. Pero superado el momento ñoño, los jóvenes han comenzado el camino de su historia de amor.
Tachán tachán… “Sandra ha vuelto”
Cual estrella de Hollywood pisando una alfombra roja, Sandra ha hecho su aparición estelar saliendo del ascensor de la mansión de David. Charo ha tenido que tragar saliva, aceptar el perdón de la candidata de su hijo y concederle una segunda oportunidad, pero gracia, lo que se dice gracia, no le ha hecho ninguna. Cristina y Coraima también se han quedado paralizadas porque no entendían que hacía “la cara mojón” de nuevo en Madrid.
María, a punto del parraque: ¡Vuelve Bárbara!
María estaba disfrutando al saber que Jaime y las chicas se lo habían pasado en grande en la playa con Fernando, cuando se ha presentado por sorpresa Bárbara. María no se ha cortado un pelo y le ha dicho a la candidata de su hijo que no quería que regresara a su casa, pero a Bárbara y a Jaime les ha dado igual. Ellos se han echado mucho de menos y están deseando conocerse un poquito mejor.
La mercería Toro se paraliza con el regreso de Marimar
Silvia estaba encantada haciéndoles la “teletienda” a las candidatas de su hijo cuando se ha abierto la puerta de la mercería y se han quedado petrificadas. Fernando y Marimar se han fundido en un abrazo lleno de alegría, pero Cuqui, Rafaela y Silvia se han quedado mudas. No les queda más remedio que aceptar la decisión de Fernando, pero cada una lo ha hecho a su manera. Rafaela se ha ido corriendo y ha llorado lo más grande en soledad.
Lomana y sus limones dejan a Motera y a Rubio por los suelos
Pepe y Joki han estallado de alegría con el regreso de Lomana, pero los candidatos de Pepe se han venido abajo. Con Lomana ha regresado la alegría y el buen rollo a Valencia, algo que Joki veía muy necesario para su hijo porque aunque esté feo decirlo, Motera y Rubio, divertidos no son.