Lágrimas, desconcierto, revelaciones y mucho amor en el desenlace de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?’

cuatro.com 15/11/2017 10:50

Pasiones imposibles de borrar… O no…

Se avecina un gran evento. Y como todo gran evento, merece una ambientación musical a la altura. Los mismísimos OBK serán los teloneros de esta final con sus “Historias de amor. Ojos que miran con ilusión, pasiones vividas entre los dos, imposibles de borrar”.

El momento de Jaime ha llegado. El guapo y gélido andaluz ha vivido con intensidad la aventura que le puede llevar a encontrar el amor. Al principio, el modelo internacional fijó su atención en Sonia, aunque tuvo besos para otras pretendientas. Sin embargo, el viaje a la romántica Teruel lo hizo en compañía de Bárbara y Sara, a quienes conoció más a fondo.

Desde Valencia, Pepe y su elegancia siempre tuvieron claro que uno de sus pretendientes le emocionaba bastante. Pero la emoción no era recíproca. Durante el viaje romántico, otro de los pretendientes pareció tomar la delantera. ¿Quién se alzará con el corazón del experto en protocolo? Durante la gala Pepe dará una sorpresa que dejará a los espectadores con la boca abierta.

David, el empresario del grupo, también se ha debatido entre varias mujeres. Siempre le gustó Coraima, pero ella no se lo puso fácil y él siguió su trayectoria conquistando a las demás. El viaje romántico despejó muchas dudas: ya sabe quién es su elegida, pero su madre quizás tenga mucho que decir. El gaditano Fernando se fijó en un primer momento en Rafaela, pero María del Mar poco a poco cobró fuerza, pese a la oposición materna. Fernando, por una vez fuera de las faldas de mamá, la rescató en la repesca y con ambas viajó hasta Biarritz.

Por último, Jesús, el asturiano fortachón y sentimental, llegó sabiendo que el amor podía doler. Su primer beso hizo que Andrea fuera su favorita, pero vivió momentos de gran intensidad con otras pretendientas. Tras su viaje, volvió a Madrid sin tenerlo del todo claro. La gala puede ser determinante para él porque se desmarcará con una revelación que pocos, más bien nadie, podía imaginar.

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