De entre las filas de grupos madrileños como Orestes, Scandal Sue, Mi venerable gato o Blu Culebra, que durante años han surcado algunas de las salas del país, surge ahora ARVOL, una formación con ideas renovadas, en las que Félix, Nacho, Luis y Ernesto, dan una vuelta de tuerca al pop-rock cantado en castellano. Piano, bajo, guitarra y batería, aderezados con un sinfin de sutilezas electrónicas (sintes, bases, secuencias...) y acústicas (chellos, xilofones, melódicas...), para, como ellos mismos aseguran: "Decir y compartir cosas sencillas de la forma más bonita que se nos ocurra". "Hacer música que nos apetezca ponernos en nuestro coche", resulta ser su única consigna. Bien curtidos en la pelea, las sorpresas y las vicisitudes que supone hacer "rock" en estos tiempos, los cuatro afrontan ahora una etapa diferente, disfrutándolo como nunca y sintiéndolo como siempre.