'Policía Internacional' acude al suburbio de Norcross de Atlanta para acompañar al Departamento de crímenes especiales y mostrar cómo opera contra la prostitución. Estos agentes, vestidos de paisanos, se hacen pasar por clientes que requieren los servicios de señoritas de compañía para así detener a las mujeres en plena cita sexual. La inducción al delito es una de las grandes diferencias que marca el modo de trabajar de la policía estadounidense con respecto a la española.
La droga de moda en los barrios más conflictivos de ciudades como Filadelfia se conoce como PCP. Se trata de marihuana que, antes de ser consumida, ha estado embalsamada en formol. Sus efectos son devastadores y dotan de una fuerza descomunal a quienes la fuman. Por eso, los agentes no dudan en utilizar pistolas eléctricas para reducir a los adictos que, presos de esa droga, alteran el orden público.
La reportera Mercedes Forner acompaña a un equipo de la policía de la capital del estado de Pensilvania para reducir a un hombre fuera de sí que se está comportando de forma violenta en plena calle. Los agentes se tendrán que emplear a fondo para reducirle: sólo descargas de hasta 50.000 voltios hacen posible la detención de este individuo.
Los distritos 24 y 25 de Filadelfia es donde se concentran la mayoría de delincuentes de la ciudad. En cualquier momento puede sonar la alarma…y los disparos. La Policía recibe la llamada de dos hombres que acaban de sufrir un atraco en su propia casa.
Los ladrones no han dudado en disparar a una de sus víctimas y hasta el lugar de los hechos se trasladan también los servicios médicos que atienden al herido in situ. La masiva circulación de armas es otro problema al que se enfrenta la policía de estas ciudades.
Persecuciones, drogas, prostitución y detenciones son los ingredientes de un reportaje policial al más puro estilo americano.