Santi Millán: "Me acordé de mi hija y pensé, ¿y si no vuelvo?"

Cuatro.com 04/05/2014 22:27

Las primeras pruebas de Santi Millán fueron difíciles. Al actor le cuestan los primeros entrenamientos en la montaña asturleonesa Peña Ubiña. Calleja le somete a un entrenamiento previo para comprobar su 'feeling' con las rocas. Santi pretende calzarse las zapatillas para escalar con calcetines, pero Jesús Calleja le explica que es mejor no usarlos para tener más sensibilidad en los pies. "El entrenamiento me ha parecido difícil y a medida que iba subiendo me notaba cada vez más cansado", dice Santi.

Santi y Calleja viajan hasta Zermatt, un pueblo idílico de los Alpes, donde Santi tiene que aclimatarse a su altitud. Desde allí ascienden al Breithorn para concluir el entrenamiento en una vía ferrata, una pared equipada con hierros y cables de acero que permite exponerse a la verticalidad con bastante seguridad. Santi Millán experimenta su primer rescate durante su aclimatación a la altitud, antes de escalar el Monte Cervino.

Consigue subir sus primeros 4.000 metros sin perder el buen sentido del humor aunque confiesa que tras despedirse de su familia en el aeropuerto, sintió miedo de que algo pudiera salir mal durante la aventura. "Muchas veces solo pensamos en cuidarnos y en que no nos pase nada, pero en la vida hay que asumir riesgos e intentar hacer aquello que te gusta en cada momento", cuenta Santi.

"A mí mujer la conocí en el programa de TV3 hace unos 14 años y ella era cámara. Con ella, fui al roce", explica Santi Millán que se atreve a dar consejos. "Hay que mantener tres espacios vitales en el pareja: uno es tu espacio, otro es el espacio de la pareja y otro es el núcleo familiar donde ya entran tus hijos".

Santi Millán y Jesús Calleja llegan al refugio de Hornli. Jesús le enseña a Santi cómo es un refugio de montaña. Comprueban las dimensiones del espejo que tienen los montañeros para asearse en el refugio.

La expedición comienza a las cuatro de las mañana. Santi Millán piensa en sus hijos. "De momento bien pero esto acojona un poco", cuenta. Los primeros pasos de la expedición son complicados porque comienza a nevar y no saben si podrán continuar.

Llegados a la cima del Monte Cervino a 4.470 metros, hacen balance de la etapa. "Quiero dedicar esta cumbre a mis padres que vinieron a Suiza a trabajar y ahora yo he conseguido llegar a lo más alto", dice Santi. ¡Desafío conseguido!