Las tribus siguen descubriendo 'incoherencias': el bótox, la taxidermia y el consumismo

cuatro.com 18/01/2013 00:36

Ya prácticamente adaptados a la vida en la ciudad, capaces de sobrevivir a la lavadora y a la máquina de afeitar sin los Navarro, llega para los Suri el programa de las reflexiones, en el que se plantean nuestra forma de vida formulando interrogantes con difícil respuesta. Los Shiwiar se esfuerzan a su vez por intentar entender nuestra forma de tratar a los animales, sin éxito alguno.

El programa de las reflexiones Suri

A los hombres Suri Arbula y Tamaru es la infancia lo que les hace pensar, comparar cómo viven los niños en España y cómo lo hacen los suyos en Etiopía. Aquí, los pequeños crecen rodeados de juguetes, de cosas; allí lo hacen sin apenas nada, pero con mucho más sitio para jugar, para correr.

Nga Bilé es quizá uno de los miembros de la tribu más asombrados con nuestras incoherencias. Si ya le entristeció la existencia de pobreza y desigualdad, la cirugía estética causa en ella asombro: le parece ridículo que alguien sufra dolor para mejorar su aspecto, para parecer más joven, sin serlo. Asistir a un tratamiento de bótox con Isabel provocó en ella el llanto y el enfado.

Pero pese a los momentos de reflexión, los Suri siguen viviendo momentos únicos y tremendamente divertidos. En este programa, los hemos visto en una sesión de risoterapia, viendo un partido del Betis en un bar, visitando la tumba de Camarón e incluso hemos sido testigos del flechazo que Nga Sedé sufre por un joven español, al que conoce en una centro de tatuajes y piercings y al que deja marcado para siempre, con una escaricificación.

Los Shiwiar, entre la vendimia y la casa de la abuela

En esta octava entrega de 'Perdidos en la ciudad', los Shiwiar viven sus días más rurales, entre tractores, viñas, en un castillo de Ávila y comiendo botillo en casa de los padres de Marisol.

El sueño más preciado de Yambía está cerca de hacerse realidad. El jefe de la tribu Shiwiar quiere conducir, y en este programa lo ha hecho, al volante de un tractor. La experiencia, aunque divertida, se ha quedado corta para el del Amazonas, que está deseando que le dejen manejar un automóvil como el de las carreteras.

Además del momentazo del tractor, los Shiwiar han conocido en este programa un poco mejor nuestra cultura y a la familia Merino. La tribu tenía pendiente visitar a los padres de Marisol, y con ellos se ha establecido un emotivo vínculo: ahora son, más que nunca, una gran familia.

En el caso de los Shiwiar, la duda que más les atormenta tiene que ver con la relación de los españoles con la naturaleza. Por mucho tiempo que pasen en España, y por más que los Merino intenten responder a sus preguntas, no entienden que obliguemos a los animales a vivir en jaulas, en zoos o adiestrados, ni que se les mate sin que sea para utilizarlos como alimento.

Por otro lado, los Shiwiar han descubierto de dónde viene el vino, y de la mejor forma: vendimiando al estilo tradicional, pisando la uva. Para ellos, es curioso, la chicha y los gusanos son un manjar, y en el primer caso no importa que se escupa cuando se elabora, pero sin embargo perciben 'esa bebida que quema la garganta' como algo asqueroso, pues su mosto se obtiene machacando las uvas con los pies.

Suri y Shiwiar están viviendo ya su recta final en el asfalto. Irremediablemente, deberán volver a sus poblados, pero con un montón de experiencias grabadas en su memoria. A nosotros, nos dejan sus preguntas, sus reflexiones y su asombro por todo lo nuevo. El próximo jueves, más 'Perdidos en la ciudad'.