Santiago y Javi han demostrado ser una de las parejas que mejor se está adaptando a la dureza del concurso. Las debilidades que pueda tener el padre las suple perfectamente el hijo y viceversa. Pese a comenzar el concurso distanciados están cumpliendo con creces uno de los motivos que les llevó a concursar en esta aventura. No sólo entre ellos, también se lo hacen más fácil a sus compañeros y los momentos al lado de esta pareja se hacen más amenos, sobre todo por la ‘gracia’ de Santiago.
Pero no es oro todo lo que reluce y empiezan a surgir los problemas con la pareja de familiares. En esta tercera etapa hubo varios roces. El primero fue con las hermanas sevillanas, con las que en la etapa anterior se lo habían pasado en grande. “Las sevillanas no jugaron limpio. Desde el principio han tenido muy claro que esto es una competición y que les da igual la gente… van a su victoria”, aseguraba Santiago después de que estas les dejasen ‘tirados’ en medio de la carrera.
Pero no fue el único roce en la carrera, poco después a as críticas se centraban en Ezequiel y Mónica. “Los catalanes son unos falsos, ¿eh?”, comenta Santiago a su hijo mientras este asentía con la cabeza. “A mi no me gustan nada”, le respondía Javi.
Por último, Padre e hijo se enfrentaron a Inés y Pedro. Las dos parejas iban en el mismo coche y cada uno tenía su opinión sobre quién había parado al vehículo. Era el último medio de transporte antes de llegar a la meta. ¿Qué harían al llegar al destino? Javi y Santiago salieron antes y echaron a correr. “Yo también soy consciente de que esto es una carrera y no vamos a estar siempre siendo nosotros los perjudicados”, aseguraba Javi al llegar a meta.