A José, un enamorado de los programas de aventura y supervivencia, cuando se le planteó la posibilidad de participar en Pekín Express antepuso la cabeza al corazón y en vez de elegir como pareja a su esposa o a algún amigo íntimo, escogió a Oier, unos de su ex alumnos al que no le unía una gran amistad pero al que consideraba un gran atleta perfectamente capacitado para sobrevivir en la peores condiciones.
La pareja más introvertida de concursantes y la menos comprendida por sus compañeros llegó, a pesar de las dificultades, casi hasta el final del viaje.