OLA, OLA descubre dos objetivos fundamentales del verano: Benidorm e Ibiza. La ciudad alicantina se ha transformado en una de las mecas del turismo internacional durante todo el año. Ahora en verano grupos de señoras pasean por la Playa de Levante y alardean “nosotras podemos aun enseñar las tetas”. El ambiente de la playa es tan variado que encontramos a un ejecutivo con todo el cuerpo tatuado, a un actor porno o a un grupo de chicas que se definen como “chonis y pokeras”. Por la noche, Benidorm se transforma y son las discotecas las que se convierten en el escenario principal de la ciudad. Aquí no sólo suenan los tradicionales Pajaritos de María Jesús y su acordeón. Personajes como Julio “El Feroz”, arrasan entre las chicas más jóvenes en el interior de las discotecas más marchosas de la playa.
En el otro extremo de OLA, OLA encontramos otro de los paraísos del verano: la Isla de Ibiza. La Playa d´en Bossa es una constante fiesta durante todo el día. Aquí miles de jóvenes mantienen el ritmo de la música bajo el sol del Mediterráneo y también cuando cae la noche en una oleada de ritmo frenético. “Feliz verano en Ibiza”, nos gritan algunos chavales mientras presumen de sus cuerpos esculpidos en el gimnasio.
En la Playa de Punta Umbría El Risitas es utilizado por un chiringuito como reclamo “anuncio el menú del día, cuento chistes y hago actuaciones espontáneas”.
Mucho más fresquito se está en las playas de A Coruña. En Miño y Perbes “se está de maravilla” y además asistimos a un gran festival de comida gallega “quieren probar esta empanada casera”.
Madrileños encontramos en muchas playas de la costa levantina. Una señora, mientras pasea por la Playa de Oropesa nos dice sin perder la sonrisa “entre Madrid y el Mediterráneo debería haber un carril agua que nos trajera directamente a la playa”.