En casa de Minerva, en Málaga, la legión está siempre presente. Su marido Jose Antonio es cabo de la legión, ella confecciona chapiris, que son los gorros legionarios, su hijo Erik de tres años juega a desfilar por el salón con el uniforme y la bandera, y con ellos convive Jonathan, un compañero de Jose Antonio. Minerva es una mujer sencilla que trabaja en casa y siempre viste de chándal.
Nelly y su marido Sergio son inmigrantes procedentes del Camerún y viven en Azuqueca de Henares (Guadalajara). A pesar del tiempo que llevan en España, conservan con orgullo las costumbres de su país de origen. Ambos tienen una hija de cuatro años que se llama Cristal. Nelly, que lleva su propio negocio de estética, tiene dos fijaciones en su vida: su aspecto físico y los programas de corazón.
De entrada, Minerva se mostraba contraria a la inmigración ilegal, pero al entrar en su nueva casa, sus preocupaciones han sido otras: aprender a convivir con los hábitos de otra cultura no es fácil, ni tampoco obedecer a un marido machista. Para Nelly, tampoco ha sido sencillo tener que vestir todo el día con un chándal, y renunciar a ver los programas de televisión que tanto le gustan.
La mayor preocupación de Nelly durante su intercambio ha sido hacerse con el mando a distancia de la tele. A ella le encantan los programas de cotilleo y no va a dejar de verlos. Siin embargo, se ha topado con Jose. Él no está dispuesto a que le manden sobre lo que puede ver o no en la tele. En su casa, sólo manda él. Pero Nelly, una mujer de armas tomar no ha parado en su empeño en conseguir este objeto tan preciado.
Por otra parte, Minerva ha querido reforzar la relación de pareja de Sergio y Nelly. Incluso, ha llegado a ir al trabajo de su nuevo marido pero se ha encontrado con un gran plantón. El negocio de estética de Nelly tampoco le ha convencido demasiado a Minerva, cree que no da dinero y lo mejor es cerrarlo.