Cada año un millón de personas se desplazan hasta la frondosa selva del Amazonas que ocupa una parte de Ecuador. Un lugar muy peligroso, donde es fácil perderte en una inmensa vegetación donde las plantas crecen seis metros al año.
Si te pierdes en este lugar tan salvaje, lo primero que tienes que hacer para intentar salir de ahí es seguir el curso de un riachuelo, las llamadas autopistas del bosque, puesto que siempre terminará en un río mayor, y el agua siempre atrae a la civilización
Si tienes hambre y te encuentras con setas, ni se te ocurra comértelas. En la selva amazónica hay miles de setas venenosas con las que te intoxicarías en 24 horas. Una muerte segura. En cambio, si ves orquídeas y begonias, te puedes comer sin problemas sus flores, te aportarán mucha glucosa.
Si te quieres refugiar de la lluvia constante y te metes en una cueva, ten mucho cuidado con los murciélagos. Este animal te puede contagiar la rabia con un sólo mordisco.
Si tienes que hacerte fuego para lograr secarte un poco y también secar tus vestimentas, puedes encontrar hierbas secas dentro de las madrigueras de los animales.
Si te ves en la tesitura de tirarte a un río con veloces rápidos, recuerda que tienes que dejarte llevar con los brazos y las piernas delante de ti para poder esquivar las rocas.