¿Sabemos lo que comemos?

Cuatro.com 11/05/2010 19:37

Cerdo, leche, pan, huevos, tomates... cada proceso es distinto y no solemos preguntarnos si realmente sabemos lo que comemos.

La respuesta es clara: definitivamente no sabemos lo que comemos. Lo dicen todos los expertos que hemos consultado y lo hemos podido comprobar a pie de grandes superficies, mercados y restaurantes.

Clara Sánchez-Castro, reportera de REC, seguirá milimétricamente desde el proceso de elaboración del producto hasta que llega a nuestras manos. Para ello, ha hecho la lista de la compra: seguirá la cadena de los cinco alimentos que más consumimos (cerdo, leche, pan, tomate y huevos).

REC ha ido a las regiones con más producción a hablar con los ganaderos y agricultores, a preguntar cómo hacen su trabajo pero también a escuchar sus críticas hacia los consumidores. Hemos visitado a las empresas líderes del sector para comprobar de primera mano cómo se elaboran los alimentos. Pero también hemos hablado con expertos en nutrición y con la Agencia de Seguridad Alimentaria (AESAN) y su mensaje no es muy optimista: estamos abandonando masivamente la dieta mediterránea, nuestros niños y jóvenes son los más obesos de Europa, el gasto en sanidad se va a disparar en unos años y, lo más importante, si no cambiamos nuestros hábitos alimentarios podemos vivir hasta 10 años menos. La prueba fehaciente de que no sabemos lo que comemos es que estamos invirtiendo la pirámide de los alimentos.

Nos acercamos a una granja de cerdos. La genética ha cambiado a los cerdos. Los sementales no tienen ningún contacto en su vida con ninguna hembra... y su proceso es muy selectivo. Ahora el 70% de la carne es magra y el pienso que ingieren se hace con soja y maíz transgénico. Los lechones destetados engordarán con este alimento durante tres meses antes de ir al matadero.

En nuestra visita a la factoría lechera más grande de Europa comprobamos cómo el proceso de calidad parece muy estudiado, incluso las vacas duermen en camas de arena para proteger sus ubres. Si el proceso final de la leche no tuviera la calidad suficiente, se desecha. Y es que en esta compañía también tienen muy claro que la salud vende, por eso, los alimentos funcionales, que son más caros, están más de moda que nunca.