Poco a poco surgen afinidades y desavenencias entre las adolescentes. Rosa sigue estando en el centro de los problemas: ya no es la encargada de mantener el orden, pero aún así, Pilar Lapastora debe hablar con ella para recordarle que no debe regañar a sus compañeras y que expresar, sin reflexionar, todas sus opiniones puede herir a los demás.
Comienzan las clases y las pautas para la estimulación de los niños. Todas las madres necesitan el apoyo y las recomendaciones de las especialistas. Pero Noelia y Jessyca van a demandar una intervención directa: Jessyca, una de las más jóvenes y con un aspecto muy aniñado, siempre ha sentido que los demás no confían en que ella pueda ser una madre capaz. Pilar Lapastora la ayudará a aceptar su edad, su momento vital y a comprender todo lo que le queda por vivir. Además, Jessyca quiere que su hijo Mateo duerma solo en la cuna y para eso pedirá apoyo a Pilar. Noelia, por su parte, debe hacer frente a un momento muy difícil: su bebé Samuel está enfermo y Noelia quiere preparar las maletas y volver con su madre.
Pero lo que nadie se espera es que Rosa, la más fuerte y segura de sí misma, se derrumbe y no sepa ni cómo reaccionar, ni qué hacer; ni que un simple malentendido provoque que Saray se sitúe en el punto de mira de todas las demás...