La abadía de Westminster está preparada para albergar la ceremonia donde Guillermo y Kate se darán "el sí quiero" el próximo viernes ante la mirada de más de 1.900 invitados y de millones de espectadores que lo seguirán por televisión en todo el mundo.
Agentes de la policía velarán por la seguridad del enlace en la que será la operación más costosa y complicada en la historia del país.
Pero si la boda del año será una fuente de ingresos para numerosos británicos, los padres de la novia no han querido desaprovechar la ocasión de hacer caja. La empresa que poseen lanzará al mercado el juego Britania que consistirá en preguntas sobre la monarquía.
Para rizar el rizo se han apuestas sobre qué tiara llevará Kate en su boda. Como todo lo relacionado con lso novios está de moda. St Andrews, la localidad donde se conocieron, ha visto aumentado el número de visitantes durante estos días.
El otro lado de los hijos del Príncipe Carlos
La prensa británica ha sacado los trapos sucios del Prometido que en el 2002, cuando aún no conocia a Kate, participaba en fiestas con mujeres desatadas. Unas fotografías han desatado el escándalo que ha supuesto que le comparen con su propio hermano, conocido por sus escándalos con alcohol y mujeres.
Por su parte, su hermano Enrique ha prometido no beber hasta el sí quiero.