La Selva en Casa emprende una aventura a 2.500 metros de altura

cuatro.com 07/02/2012 17:24

Frank Cuesta aterriza a 2.500 metros de altura en el Valle de Arán, muy cerca del Pico Aneto. Allí le esperan los guardas rurales con los que vigilará a posibles cazadores furtivos al acecho de corzos y rebecos. En lo que va de año los guardas han detenido a 19 cazadores ilegales en la zona.

Hay que pasar noche en la montaña para poder ver a los furtivos con la luz del amanecer. Cuando el sol se va la temperatura baja y Frank parece que no aguanta muy bien el clima montañés. “Muy valiente con las serpientes, pero con el frío…” se mofa uno de los guardas rurales. Por fin amanece y a través de los prismáticos son localizados seis cazadores furtivos.

De manera furtiva tuvo que ser atrapado alguno de los animales salvajes que hoy se encuentra en el Centro de Rescate de Animales Salvajes de Alicante. Leones, tigres, linces y lobos entre otros muchos que han sido maltratados o abandonados por sus propietarios. Frank Cuesta no da crédito a lo que ve: “¿Este tigre vivía en un piso de Barcelona?, ¡No puedo creerlo!”, asegura mientras observa a estos grandes felinos metidos en una jaula. En este Centro descansan ahora leones maltratados en un circo o macacos que han sido utilizados para experimentos científicos. A algunos, incluso, les dejaban paralíticos para investigar sobre enfermedades humanas.

El equipo de La Selva en Casa visita un hospital equino para comprobar que hay propietarios que se preocupan por sus animales. En este caso Frank Cuesta asiste atentamente a una operación de caballo a vida o muerte. El caballo “Peluso” ingesa de urgencia con una hernia escrotal. Es una cirugía muy agresiva, pero Peluso consigue salir adelante después de tres horas de quirófano. “Si la gente castrara a sus caballos no pasarían por este trance”, le comenta el Dr. Valdés a Frank.

Al mono Marcelino no le ha visto jamás un médico en sus 26 años de vida. Frank Cuesta acompaña a la Fundación para la Adopción y Apadrinamiento de los Animales (FAADA) al hogar de este simio que vive con una anciana en un piso del centro de Barcelona. Nunca ha visto a otro animal de su especie y se encuentra desatendido. Según Cuesta, sus gritos son insoportables. FAADA quiere mejorar su calidad de vida.

Quienes sí se encuentran en su hábitat son los murciélagos de cueva que Frank nos muestra con el biólogo Jordi Serra. En una cueva de El Prat de Llobregat el equipo de ‘La Selva En Casa’ se encuentra con este experto en quirópteros.”¿Por qué huele tan mal aquí?”, pregunta Sonia. “Es caca de miles de murciélagos… ¿a que quieres que huela?”, le responden.