Sífilis

cuatro.com 02/03/2012 00:15

Un payaso, en medio de una función, recibe un golpe en la entrepierna y se derrumba en el suelo, asegurando no poder mover la pierna ni el brazo. Ya en la consulta, empieza a escupir sangre.

En ese punto, House y los suyos piensan que podría tratarse de anemia, por lo que el paciente necesitaría un trasplante de médula ósea. No obstante, ninguno de sus familiares es compatible. Para complicar el caso aún más, empieza a sufrir fuertes dolores de espalda.

El padre del paciente murió joven de un melanoma, si bien su madre nunca le llevó a un dermatólogo. Al menos eso es lo que todos pensaban, hasta que la propia madre revela que aún sigue vivo.

Tras otro ataque, la doctora Chi Park descubre que el problema no está en la médula, sino en el hígado. House propone dos pruebas, muy complicadas, para dilucidar qué pudo provocar el fallo hepático.

La salud del paciente va a peor cuando su ojo empieza a salirse de su orbita, pero logran dejarlo en su sitio con inyecciones de esteroides. Todo ello indica que tampoco se trataba de un fallo hepático.

Tras darle muchas vueltas, los médicos piensan que se trata de cáncer, pero el paciente sufre otra crisis, con lo que esta enfermedad quedaba también descartada. Finalmente, el padre del paciente se presenta en el hospital y House llega a la conclusión de lo que le sucedió: el padre abusó sexualmente de él, transmitiéndole sífilis. De esta forma, tal y como explicaba el doctor, el golpe que recibió el paciente, despertó a las bacterias durmientes de la pelvis.