Los Hijos de papá vivirán el ciclo de la vida más cerca que nunca. Alguno de ellos pensaba que asistirían a un parto de un animal, pero nada más lejos de la realidad. Serán invitados a la matanza del cerdo por los habitantes del pueblo y, aunque algunos se negarán a asistir, todos comerán de él.
A pesar de haber sido muy criticado, Christian se convierte en el último capataz de la experiencia en La Residencia. Gemma se enfadará con él y se negará a realizar la tarea que le ha sido asignada.
Además, en una de sus jornadas laborales, tendrán que limpiar los restos de una noche de botellón. Pero no todos lo harán. La actitud de los insumisostendrá las consecuencias esperadas: si no trabajan, no cobran.
Por su parte, Diana Molina, la coach del programa, llevará a los ocho jóvenes a una nueva actividad en el campo en la que, por parejas, tendrán que quedar suspendidos en el aire mientras critican aquellos aspectos negativos de su pareja y confían en que su compañero le sujete. Gemma y su pánico a las alturas harán que Christian pierda por momentos la paciencia y la confianza en ella.
Pero Luján Argüelles, la presentadora, tendrá reservada una sorpresa para una de las chicas. Jessica ha hablado muy pocas veces sobre su novio, un hombre mayor que ella, pero en esta ocasión tendrá que replantearse la relación que tiene con él... Una carta puede tener la culpa.