Jero, a Sergio: "Tienes que ser feliz tú porque si lo eres, harás felices a los demás"

cuatro.com 20/11/2015 22:47

El drama oculto de los jóvenes emperadores aumenta en nuestro país. Este síndrome se extiende y ya alcanza el 40% de las familias. Sergio es un claro ejemplo de esta esta alaramante realidad que está destruyendo a muchas familias. Sergio jamás acepta un no por respuesta y ha impuesto la ley del terror en su casa. "Aquí las cosas se hacen como yo quiero. En esta casa mando yo. No me importa destrozar la casa. Me encanta destrozarle la casa porque se merece eso y más."

La relación con su madre es insostenible. La tensión familiar ha llegado a tal punto que Sergio ya no vive en casa. Sin embargo, eso no ha cambiado las cosas. Sergio esclaviza y somete a su madre. "Quiero pan y patatas, dame agua; quiero dinero. ¿Ves normal que me tenga que poner a pelar patatas a las dos de la tarde? El pescado se me está acabando y quiero patatas", le dice a su madre, a quien insulta cuando no hace lo que él quiere. "No te hagas la víctima. No llores a escondidas. Eres una guarra y una puta asquerosa que no me da las patatas que quiero. Quiero patatas de una puta vez."

Sergio quiere que su madre sea una esclava sumisa. "A mi madre la odio con toda mi alma", dice Sergio, que si no consigue lo que quiere destroza todo lo que le sale a su paso. Marisa, la madre de Sergio, vive aterrorizada y anulada por el miedo. Ya no puede más. Tampoco los vecinos están cómodos con esta situación. Están hartos de esa situación ya que las peleas y los insultos entre madre e hijo son una constante. "Eres un sinvergüenza. Lo que tú estás haciendo duele. Así se comportan los tiranos. Te vas de mi casa y te largas. Coge la puerta y vete... Eres un dictador. Quiero que me dejes tranquilizarme. Déjame en paz. No puedo más", le dice su madre desesperada. "Es un tirano, me siento como una esclava. Se marchó porque era imposible vivir juntos pero viene todos los días y se lo tengo que hacer todo. Me siento sometida, humillada y arrastrada. Le tengo miedo, pánico y terror", dice Marisa, que recuerda con añoranza la infancia de Sergio. "Era un niño, alegre besucón y muy obediente. Estaba pegado a mí. Le echo de menos todos los días. Quiero recuperar a mi hijo porque veo que él solo se pierde. Estoy impotente."

Jero García quiere que Sergio se comporte como un adulto

Marisa está desesperada. Su única oportunidad es 'Hermano Mayor'. Jero García acude en su ayuda con la firme intención de que Sergio acabe comportándose como un adulto y no como un tirano y que Marisa deje de tenerle miedo. Tienen que volver a confiar el uno en el otro. La primera medida de choque que adopta Jero García es cambiar la cerradura de la casa. Sergio estalla. ""Me cago en Dios. Abre de una vez y deja de hacer el gilipollas. Estúpida ¿Ves normal que intente entrar y me cambie la cerradura? Tengo hambre y quiero que me haga la comida", le dice Sergio al coach, al que explica por qué rompe todo. "Lo hago por no darle a ella en la cara. Es una mala madre."

Jero da a Sergio donde más le duele. su bicicleta

Tras la airada reacción de Sergio, Jero decirle atacarle en su bien más preciado: su bici. Sergio necesita ponerse en el lugar de su madre y empatizar con ella. Debe comprender que no puede recurrir a la violencia para conseguir sus objetivos y que imponer el terror en su casa no es un buen aliado. "Con la bici me desahogo", dice Sergio, que contempla con estupor cómo una apisonadora destroza la que él cree que es su bicicleta. "¿Qué hago ahora con esto? No puedes coger la bici y que la destroce una apisonadora. Ahora yo me cargaré mi coche. Por bobo. Ahora te pincho las ruedas y te prendo fuego al coche", dice Sergio, que sigue justificando su comportamiento. "Mi madre tiene lo que se merece. Es una zorra y es una estúpida. Que os jodan."

Jero intenta hacerle entrar en razón. "No te comportas como un hijo. Te estás aprovechando de tu madre y tienes destrozada la casa. Tu comportamiento es tirano. Te portas como un niño pequeño", le dice Jero, que finalmente le demuestra que él no ha sido capaz de hacer lo que él hace con las cosas de su madre. "Yo no he hecho eso. Yo no soy así. Tienes que pensar que lo que has sentido ahora . No hace falta hacer daño para tener razón ni para que hagan lo que queremos."

Sergio se pone en el lugar de su madre

Cada día, Sergio machaca a Marisa con sus órdenes y la pone al límite. Necesita saber qué se siente. Para ello, Jero le convierte en mayordomo. Sin embargo, el trabajo le viene grande. Sergio no puede atender las peticiones de sus jefas. Hacer las camas, limpiar el polvo y fregar el suelo se convierten en un reto imposible para él. "Yo me voy, paso de hacer esto. Esto es una mierda, yo para esto no valgo. La señora me pide al milímetro."

Jero persigue a Sergio en su huida y le intenta hacer ver que él es mucho peor con su madre. "Las exigencias son lo normal en un trabajo. Tus formas con tu madre son mucho peores. Me duele en el alma ver lo que le haces a tu madre." Sergio huye y no quiere escuchar a nadie aunque él a su madre no le da tregua. Marisa está acorralada y sin salida. Sergio debe experimentarlo y para ello, Jero le acorrala en un callejón en el que él cree que todos sus deseos se harán realidad. Sin embargo, su sueño se convertirá en pesadilla. Todas las órdenes que él da a su madre se vuelven en su contra. "Yo quiero que las cosas me las haga mi madre con buenas intenciones y con cariño. Ahora se me han quitado las ganas de comer. Siento vergüenza y asquerosidad", le dice a Jero, que le explica que es así como se siente su madre. "Tu madre está ahí. La tratas mucho peor. Está encerrada y un tío agobiándola. Veo a tu madre y veo una mujer destrozada."

Madre e hijo cara a cara

La comunicación en casa de Sergio es imposible. Por primera vez en años, madre e hijo se situarán frente a frente y se dirán a la cara todo lo que llevan dentro con Jero García como mediador. "Por qué cuando quiero hablar contigo no me quieres escuchar y me das voces. Cuando he pedido ayuda era porque no podía y me ha dolido muchísimo. No puedo mantener tus caprichos. Todo lo que tienes en el acto y no entiendes que a veces estoy con dolores. Ha sido muy duro sacaros sola adelante y no me lo habéis sabido valorar. Solo me exiges las cosas. Me destrozo haciendo las cosas y me destrozas las cosas y ya no puedo más", le dice Marisa a Sergio.

Sin argumentos, Sergio recurre a los insultos. "Perra, eres una perra", le dice Sergio a su madre perdiendo los nervios. Jero García intenta poner paz entre ambos pero Sergio no entra en razón. "Me das asco, me has metido en centros toda la vida. Ahora lloras y crees que voy a creer tus mentiras. Nos has mentido siempre. Te gastas el dinero en la mierda de Víctor, en la mierda del hermano que tengo. Pide una moto y tiene una moto. A él le dais de todo", dice Sergio. "No puedo dejar que sea ella la que lleve las riendas. Tengo que manejar yo el cotarro. Que me hubiera educado no me hubiera llevado a centros. Parece que soy yo el culpable de todo", le dice a Jero, que intenta abrirle los ojos. "Creo que estás haciendo un juicio de valor y pensando que ella miente porque te viene bien."

Tras el encuentro entre madre e hijo, Jero habla con Marisa. "Yo noto que hay una rivalidad entre los hermanos. Cree que miro más por Víctor y no es verdad. Cree que no le quiero y no es verdad", le dice a Jero, que cree que Sergio no se enfrenta a los problemasy emociones reales y que le reprocha a su madre cosas de niño pequeño. Jero necesita entender por qué tiene celos de su hermano. Marisa le explica que su hijo mayor, Víctor adoptó el rol de hombre de la casa. Ahí empezó a notar que algo fallaba. "Ha visto como su hermano ha roto cosas y ha dado gritos",dice Marisa, que todo fue a peor con Sergio cuando murió su padre. "Mi padre me apoyaba y cuando mi padre se fue lo pasé muy mal. No me pude despedir y fue muy duro. En ese momento, Sergio se pone en un plan muy tirano. Pido ayuda y Sergio va a un piso de la Junta y está en un centro de menores un año y medio. Se escapó, volvió a León y se quedó. A su hermano le veo más sosegado y centrado. Sergio vio que su hermano hizo mal pero no ve que lo está haciendo peor."

Sergio se rompe tras su combate con Erik Pambani

Tras varias semanas de trabajo, Jero García cree que ha llegado el momento de llevar al límite a Sergio. Para ello le lleva a practicar su deporte, el boxeo. Sergio combatirá con el campeón de España en su disciplina, Erik Pambani. En el ring, el joven no muestra la misma agresividad que en casa. "Tantos huevos que tienes en casa y no aguantas ni un asalto. Lo que estás sintiendo en este ring es lo que siente tu madre en casa cuando la insultas y abusas de ella. Ella es débil porque está mal y tú abusas. Tienes que empezar a ver las cosas desde otro punto de vista, cambiar ángulos ", le dice Jero esperando su reacción.

Poco a poco, Sergio se va abriendo. "Le consiente a mi hermano y a mí me pisa. Mi madre no me da otra opción, no sé como tirar hacia delante, no me siento bien. Mi hermano se ha portado mal conmigo", dice Sergio, que finalmente acaba reconociendo que su hermano ha tenido comportamientos agresivos con él. "Me ha hecho de todo pero mi madre no puede pasar del tema no puede ver a un chaval que hace las cosas mal y taparlo." Finalmente, Sergio se rompe. "No puedo seguir esa vía yo. ¿Por qué ha hecho eso? Lo veo todo negativo. Ahora lo voy a ver todo con positividad, no puedo mirar atrás. Y yo haciendo el mono en casa", le dice a Jero, que le da un valioso consejo. "No nos podemos lamentar de eso, tenemos que vivir con ello y llevarlo de la mejor manera. "Tienes que ser feliz tú porque si lo eres, harás felices a los demás. Te lo tienes que creer y empezar a dar pasos."

Sergio conoce al coreógrafo Sergio Alcover

Sergio ha entendido que no tiene sentido comportarse como lo hacía su hermano y Marisa ha conseguido ver el problema con mayor claridad. Ahora se siente con fuerzas para tomar las riendas. Sin embargo, aún queda trabajo por delante. Sergio tiene que dejar de desconfiar y abrirse más a ella y al mundo en general. Para ello, Jero le presenta al coreógrafo Sergio Alcover. Jero muestra a Sergio cómo el break dance puede servirle de vía de escape. Con una clase práctica, Sergio Alcover consigue que Sergio comience a socializar con chicos de su entorno, dando así un paso importante de cara a la finalización de la terapia. "Sabes lo que te gusta, el problema es no saber qué quieres hacer la vida. Convierte tu hobby en tu forma de vida. Cuando empecé con el break estaba perdido, no sabía lo que quería venía de un barrio conflictivo. Tenía todos los ingredientes para que me sintiera inadaptado. No te adaptas no porque no te dejen sino porque no quieres, las barreras te las pones tú. El baile me sirvió para encontrar mi camino. Lo importante es lo que vamos a hacer a partir de ahora. Ssería una pena que pasase el tiempo y no hicieses nada de esto. Si quieres hacerlo tienes que entrenar y focalizar tu energía en eso", le dice a Sergio, que se da cuenta de que se ha equivocado. "Siempre he estado yo solo, me he encerrado y está a nada. Me he cerrado solo y no lo entiendo. Lo tenía a la puerta."

Bárbara Tovar, la nueva psicóloga de 'Hermano Mayor' ayuda a Sergio a deshacerse de su lastre

Además de la ayuda de Jero, Sergio necesita hacer terapia con Bárbara Tovar, la nueva psicóloga de 'Hermano Mayor', que le ayudará a superar sus traumas. "Mi hermano cogió las riendas de padre pero no de la mejor forma y siempre hemos estado chocando", dice Sergio, que reconoce que se ha creado un caparazón y que solo ve la parte mala de todo. "Solo veo la parte negativa y no quiero saber nada de los demás. Intento quererme. Tengo que encontrarme a mi mismo y ser yo. Confío en mí mismo y lo voy a hacer. Voy a ser feliz", le dice a la psicóloga, que le recuerda que en la vida siempre hay baches. "En la vida la cosa no siempre van a ser fáciles. El pasado está lejos y tienes todo tu futuro por delante"

Sergio: "Mamá, te quiero y quiero verte feliz"

Sergio avanza a pasos agigantados. Ha llegado el momento de que se enfrente a la realidad y vea cómo se comportaba con su madre. Sergio se muestra arrepentido. "Soy un hijo de puta. Mi madre no se merece esto. Me merezco lo peor. En ese momento me daba igual su sfrimiento ahora no. La pobre ahí sufriendo y yo como un gilipollas. ¡Qué fuerte! Ahora lo entiendo todo", dice Sergio, que por primera vez le dice a su madre lo importante que es para él. "Mamá, te quiero y lo sabes. Te quiero hacer reír, quiero verte sonreír y quiero verte feliz. Lloro de felicidad porque te quiero con todo el alma. ¡Qué gilipollas soy! Te quiero. Quiero dejar mi pasado atrás", le dice a su madre, que no puede contener las lágrimas. "Te quiero mucho, siempre te he querido. Igual no lo has sabido interpretar como yo lo he sentido pero siempre te he querido. Los dos en una piña."

Terminada la terapia y orgulloso del cambio de Sergio, Jero se despide. "Os he ayudado a abrir unas puertas no las cerréis. Sed felices."

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