Carolina promete cambiar y luchar por su anciano padre en ‘Hermano Mayor’

cuatro.com 26/04/2013 22:59

Marcada por la muerte de su madre cuando sólo tenía ocho años, Carolina vive con su padre casi octogenario. La familia residía en Brasil con un buen nivel de vida, pero cuando volvieron a España el fallecimiento de su madre y los problemas laborales del padre desencadenaron la situación actual. Carolina, obsesionada con tener toda clase de caprichos, convierte la convivencia con su padre en un infierno porque no le da dinero.

“Discutimos mucho por el dinero porque yo quiero que me lo dé para salir de fiesta y no me lo da porque sólo cobra su pensión”, dice Carolina.

SU PADRE LE HACE LA COMPRA Y ELLA SE LO “AGRADECE” ESCUPIÉNDOLE

“No quiero tus mierdas. Quiero lo que cualquier niña: ropa, uñas postizas, peluquería”, dice antes de arrojar la comida que su padre le ha traído y escupirle. “Hasta el último día de tu vida te juro que va a ser un infierno”

“CON UN CHASQUIDO DE LOS DEDOS ESTÁS MUERTO, HIJO DE P…”

Carolina amenaza constantemente a su padre y monta en cólera porque él no le paga un masaje de pies que cuesta 100 euros. Además, cuando sus amigas llegan a casa, Carolina obliga a su padre a “esconderse” en otra habitación y le humilla delante de ellas.

TENSIÓN Y AMENAZAS EN EL RODAJE CON EL HERMANO MAYOR

Pedro García Aguado cree que Carolina es incapaz de reconocer sus debilidades. Después de un descenso en ‘rafting’, Carolina se enfrenta al Hermano Mayor y amenaza con pegarle, pero el Hermano Mayor no admite que le falten al respeto.

ELIGIENDO EL “CARRO BUENO” CON SONIA CERVANTES



Carolina no acepta la situación actual de su padre. El hombre, de 79 años, regresó a España después de cerrar su empresa en Brasil y vive en un piso compartido.

La psiocóloga del programa, Sonia Cervantes, quiere que Carolina se dé cuenta de la importancia de llenar el carro con amor y cariño y no lujos y zapatos.

CAROLINA PROMETE AYUDAR A SU PADRE Y NO ABANDONARLE

“Veo a una niñata de mierda”, dice Carolina mientras observa avergonzada en una pantalla de un portátil cómo trata a su anciano padre. “Échale una mano. Pónselo más fácil”, le dice Pedro. Ahora Carolina se ve con fuerzas de luchar por su vida y por su padre y le pide perdón.