Este domingo, Frank estará más cerca de los animales que nunca. “No sé qué me pasa. ¡Todos los animales me muerden!”, grita Frank con el brazo lleno de sangre tras haber sufrido el mordisco de una rata gigante del bambú. “Me tendré que dar algún puntillo. Pero al hospital no voy porque el médico ya se ríe cuando me ve entrar por la puerta de la consulta”.
Encontrar animales extraños no es fácil. Por eso, para lograrlo, Frank sufrirá más de lo normal. Tendrá que bucear en un estanque lleno de fango y vegetación para mostrarnos una tortuga con el cuello de un cisne. Tendrá que escalar una montaña para ver de cerca una serpiente capaz de morir y resucitar. Y tendrá que escarbar e introducirse dentro de una madriguera para conseguir conocer a una rata gigante. “Mirad, yo tengo un 47 de pie. Y es tan grande como mi zapato”, nos explica. “¡Es más grande que un conejo!”, añade.
Además Frank nos mostrará dos curiosos lagartos. Uno… mitad lagarto, mitad mariposa… Y el otro… mitad lagarto, mitad serpiente. “El lagarto serpiente es un lagarto sin patas. ¿A que es increíble?”, dice emocionado.
“¡Esto es increíble!”, “¡Es increíble!”, “¿No me diréis que no es increíble?”… Si normalmente Frank se excita cuando ve cualquier tipo de animal por pequeño que sea… Imaginen su alegría al encontrar animales raros, diferentes, extraños, originales… ¡Frank en estado puro!
De nuevo en el agua nos muestra la única especie de serpiente que tiene cuernos de caracol. “Tiene tentáculos. Es una serpiente muy curiosa que no muerde”. Y… ¿Qué paso un minuto después? ¡Que le mordió! Sí, también. Hoy, todo muerde.
Y lo que no muerde, araña. Junto a un árbol, Frank divisa una ardilla voladora gigante. Su encuentro con ella fue de todo menos calmado. “¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Me está clavando las uñas en el brazo”, gritaba primero. “¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Me está haciendo un agujero en el pezón!”, gritaba después.
La ardilla corre, la ardilla escala y la ardilla sorprende a Frank con varios vuelos planeados de más de veinte metros entre árboles que lo dejan boquiabierto.
Hasta el momento, Frank estaba de buen humor. A pesar de los arañazos y las mordidas de los diferentes animales que había ido encontrando por el camino. Pero el rostro le cambia cuando oye de lejos la respiración de la víbora Russell. “¡Quieto todo el mundo! ¡Que nadie se mueva!”, dice algo asustado.
La víbora Russell es una peligrosa serpiente que en la anterior temporada de Frank de la Jungla le mordió en una de sus piernas. “Esta es la serpiente que más miedo me da”, admite Frank a unos metros de la víbora. ¿Qué hará Fran? ¿La dejará huir? ¿Se acercará? ¿Llegará incluso a cogerla con las manos?