La salvaje vida de Frank de la jungla

cuatro.com 23/08/2011 21:50

¿Qué hace un leonés viviendo en Tailandia?

“Vine a montar la Academia de Tenis de Nick Bollettieri – maestro de los maestros del tenis mundial y descubridor de talentos como Andre Agassi - y me enamoré de este maravilloso país”, asegura Frank.

Actualmente Frank dirige una Academia de Tenis en Bangkok. Dedicarse a este deporte fue su sueño hasta los 18 años, cuando tras ganar un torneo junior, se compró una moto y tuvo un accidente. “Aquí tengo su recuerdo para toda la vida”, cuenta Frank mientras se golpea una rodilla que suena a metálica por dentro. Olvidada la élite como jugador, se pasó al otro bando. Fue entrendador de élite, viajó por el mundo con “una tal Mónica Seles”, entre otros deportistas criados en la factoría. Hasta que su mentor le mandó como embajador de la marca Bollettieri aThailandia.

El tenis es su trabajo, pero los animales son su pasión

Todo empezó cuando una vez afincado en Bankgok, Frank se marchó, como siempre, con su mochila y sus zapatillas de goma, solo, a la selva de Burma- la antigua Birmania- durante varios días ,“a ver animales desde cerca”. Todo fue estupendo hasta que su “brújula interna” se bloqueó.

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Frank se perdió en la selva y tuvo que ser rescatado días después. Esa fue la primera vez pero no la última. Había nacido un hobby. Pero el español quiso tomárselo en serio. Estudió herpetología- la rama de la zoología que estudia reptiles y anfibios-, y se recorrió todos los Parques Nacionales de Tailandia. Frank conoce los animales porque los ha visto y tocado de cerca. Pero no es un científico sesudo, un experto biólogo que pretende teorizar sobre ellos. Te cuenta lo que sabe de ellos como si fueras un amigo, con su particular manera y su lenguaje de la calle. Pero pocas personas han estado tan cerca de los animales salvajes como él. Frank ha estado dos veces en coma por picaduras de serpiente. De hecho, un periódico sensacionalista de Bangkok ha abierto una apuesta para sus lectores: acertar el año que moriría el español. “De momento nadie la ha ganado porque la gente apostaba a que no pasaría de 2009”, cuenta el leonés con cierta tranquilidad.

Frank es miembro de la Asociación de Guardianes de Animales de Tailandia, una entidad sin ánimo de lucro que se encarga del rescate y cuidados en cuarentena de animales urbanos o salvajes, para su posterior puesta en libertad. De ahí que Frank de pronto conviva en su casa con una camada de nutrias, que sobrevivieron a la caza furtiva. El las enseña a nadar, a cazar pescado por sí solas.. y cuando están listas, las devuelve a su hábitat natural, la selva.

En Bangkok hay más de 11 millones de habitantes, y cientos de serpientes salvajes. “Ten en cuenta que parte de esta ciudad se construyó sobre el mar, y donde hay humedad, hay serpientes. Aquí es tan común como ver una cucaracha”, comenta. Pero los tailandeses no solo tienen respeto por los animales sino también miedo, mucho miedo. Y cada vez que aparece una, la policía llama a Frank: pitones reticulares debajo de un fregadero, cobras en un falso techo de una casa, boas que emergen de las aguas… de la taza del wáter. Son decenas los rescates que ha hecho Frank en el Nueva York de Asia, como muchos conocen a la caótica y cautivadora ciudad de Bangkok. De pronto, se pone serio. “Ahí donde va sentado Santi- el operador de cámara-, se me murió un chaval de 25 años que trabajaba conmigo. Le picó una Cobra que encontramos en el Parque de Lumpini y no llegó al hospital. No duró ni 15 minutos”, cuenta con un nudo en la garganta.

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Cada vez eran más las escapadas de Frank a la selva. Siempre llevaba una cámara doméstica y un pequeño trípode con él. Pasaba horas esperando a los animales y luego cuando los tenía de cerca, los enseñaba a la cámara. Un buen día, decidió visitar una cadena de televisión de Tailandia. “Mirad esto”. Y dejó unas cintas. Al cabo de unos días tenía un programa de televisión en el prime time – horario de máxima audiencia- del país. Ver a un latino de casi 1,90, vestido de blanco inmaculado –con gorra incluída- hablando tailandés y con una serpiente en la mano, era una bomba de relojería.

“Aquí hay un Indiana Jones español que está como una cabra”. Son palabras de un expatriado que trabajaba en Bangkok y que pusieron al reportero Jalis de la Serna tras su pista. Con él grabó un rescate de una cobra en una casa para el programa Callejeros Viajeros- emitido en Cuatro- dedicado a la ciudad. Había nacido el programa de Frank.