José: "Estás más fuerte que un limón, esos cuádriceps y el culo no es normal"
José reconoce que al entrar en el restaurante del amor, en lo primero que se ha fijado de su cita Ania ha sido en su culo. La armenia se lo toma como un cumplido y admite que practica fitness. En ese momento José decide continuar describiendo su primera impresión: "Tienes el culo duro". Además, parece haber cumplido sus espectativas: “Prefiero una mujer así mil veces, que una modelo anoréxica”, asegura.
Susana: "Tengo una mente juguetona"
La cita de Susana y Víctor parece ir mejor de lo deseado y hasta se atreven con los 'juegos' en su primer encuentro. Susana admite que tiene una "mente juguetona" y decide darle a a probar las almejas de su plato, que cobran especial protagonismo, ya que Víctor acepta encantado y provoca que la murciana se quede embobada mirándole.
"Quita bicho" y otras formas de rechazar una seguda cita
Parecía que todo iba bien y que el flechazo era seguro entre 'Nurita' y Ángel: amantes de los animales, jóvenes 'muy adultos' y hasta bromas desde el primer momento. Pero no todo es lo que parece, ‘Nurita’ confiesa a una amiga por teléfono que Ángel no le gusta nada, porque venía buscando un hombre. Por lo que finalmente, su relación no termina en segunda cita con la lapidaria frase: "Eres muy simpático".
Romina, a Alfonso: "Soy menos romántica que un jabalí enfadado"
La complicidad entre ambos es indudable. Pero en temas de amor... el alicantino reconoce que es muy romántico, pero también de sangre caliente. "Siempre estoy hirviendo", admite, mientras reconoce que una de las razones es… Romina. Ella en cambio asegura que es “menos romántica que un jabalí enfadado”, pero que es bueno, que si no todo sería muy empalagoso.
José, a Ania: "Si yo me casase en una iglesia saldría fuego"
José reconocía en su presentación que era un "bocas" y va mostrándolo poco a poco en su cita. Para Ania es muy importante que su pareja sea creyente, hecho que parece no comprender José, quien asegura que “¿cómo puede creer en los horóscopos y creer en Dios?”. Pero no finaliza ahí su reflexión: “Puestos a elegir, la religión cristiana es un coñazo”. Ante la cara perpleja de Ania reconoce que si se casase en una iglesia "saldría fuego".