El único ejercicio que ha hecho María últimamente es levantar de la cama a su pequeña hija de dos años.
Esta jovencísima madre ha tenido que volver a casa de sus padres para poder criar a su pequeña.
Atraviesa un difícil momento personal, en el que no encuentra ni trabajo ni pareja. Pese a que asegura ser toda una experta en el lenguaje del amor, según sus propias palabras, María se ha topado con demasiadas mandarinas mientras busca su media naranja.
Necesita recuperar la confianza en sí misma, por eso está dispuesta a seguir a Jesús Calleja hasta donde haga falta. María necesita sacudir su vida, y colgarse a mil metros de altura en la cascada más salvaje del planeta le parece una excelente forma de intentarlo.