Polo Norte

CUATRO 07/02/2009 15:31

Polo Norte, viaje a la deriva

Jesús Calleja ha ido al Polo Norte para contar cómo se llega en pleno siglo XXI a este inhóspito rincón y qué sucede allí en la temporada más cálida del año. Su aventura se inicia el 3 de abril en Longyearbyen, un pequeño pueblo de 2.000 habitantes situado en las islas Svalbard, cuya soberanía ostenta Noruega. Estas islas, conocidas también como Spitsbergen, están a tan sólo 1300 kilómetros del Polo Norte. Desde sus puertos y costas, el mar helado se extiende miles de kilómetros rodeando las costas de Siberia, Canadá y Groenlandia.

En Longyearbyen viven hoy centrados en la investigación biológica y la pequeña actividad de la exploración polar. Jesús Calleja y sus colegas ultiman los recados; compran pertrechos de pesca, las últimas prendas de abrigo, se dan un paseo en motos de nieve, el vehículo habitual de las islas, y empaquetan su trineo. ¡Para disgusto de Jesús, el suyo pesa finalmente 90 kilos! Tres días después, suben al avión que, junto a un grupo de viajeros intrépidos, les dejará en la estación polar rusaBorneo. El nombre de Borneo evoca algo importante, pero la realidad es que la estación es una pista de aterrizaje habilitada en el hielo, y unas tiendas de campaña levantadas junto a unos cuantos transformadores que calientan la cocina y el comedor. La estación está en el casquete polar y por tanto sufre la deriva que marcan las corrientes marinas. Este año la deriva es tan espectacular que en el GPS se puede apreciar como cada minuto que pasa, el hielo avanza un metro.

Desde Borneo despegan los helicópteros que depositan a los viajeros en el punto exacto en que éstos lo solicitan. A veces, en el mismo Polo Norte Geográfico. Otras, como en el caso de nuestros aventureros, a poco más de cien kilómetros, para realizar a pie lo que se denomina como el Ultimo Grado. Un viaje que en circunstancias normales puede llevar de ocho a diez jornadas, pero que este año están siendo imposible de culminar.

Pero antes de emprender la expedición, Jesús nos cuenta cómo científicos de Massachussets investigan el grosor del hielo flotante en el ártico, vemos cómo el grupo realiza las obligadas prácticas de tiro para defenderse del mayor peligro que acecha a los caminantes del ártico: el oso polar. Y sobretodo, se enfrentan por primera vez a la ardua y titánica tarea de arrastrar trineos que luego se convertirán en catamaranes, para cruzar el mar en las grietas que se abren en el hielo.

El helicóptero les deja la soledad de este magnífico y a la vez aterrador desierto de hielo. Pero antes de soltarlos, la tripulación recoge a dos expediciones que trataban de llegar al Polo sin conseguirlo y que finalmente piden auxilio. Jesús y los suyos ven cómo suben al helicóptero hombresderrotados, con las caras abrasadas por el frío y con la mirada extraviada.No es el inicio más esperanzador, pero es el que hay. Comienza entonces la auténtica aventura...

Polo Norte, en el confín del mundo

En el segundo episodio, el helicóptero deja al grupo formado por Jesús Calleja, Ramón Larramendi, Emilio Valdés y María March en mitad del desierto ártico, a un centenar de kilómetros del Polo Norte Geográfico.

Están solos y deberán caminar arrastrando los trineos durante largas jornadas. El trineo de Jesús y el de Ramón son aparatos grandes y pesados, diseñados para este tipo de travesía por el propio Ramón. Ambos, enganchados por los esquís, se convierten en un catamarán muy estable que servirá para cruzar los canales de agua que se forman con las grietas.

El equipo deberá probar este vehículo en aguas heladas y tranquilas. De momento, lo tienen que arrastrar y pesa unos 85 kilos. La expedición avanza penosamente sorteando los obstáculos de nieve y hielo, pues el terreno es todo menos llano.

El primer día logran solo recorrer cinco kilómetros. En la siguiente jornada triplican el rendimiento y avanzan 15. Tienen suerte porque la deriva que en ese momento mueve el casquete polar les es favorable. De hecho, en su cuarta jornada, al despertar, se dan cuenta de que avanzan directos hacia la coordenada donde se halla el Polo Norte Geográfico. En medio de grandes risas y alegrías, se quedan dentro del saco, en la tienda de campaña, dejándose arrastrar suavemente por la deriva.

El equipo logra alcanzar el Polo Norte, caminando desde el último grado, al cabo de varios días extenuantes. Una hazaña que este año muy pocos han logrado porque las semanas anteriores la deriva ha sido muy fuerte y en dirección contraria.

Jesús y sus colegas han vivido allí, durante una semana, situaciones extraordinarias; llenas de aventura y sufrimiento, porque el frío y la humedad les han congelado la cara y les ha hecho la vida imposible, pero cargada también de momentos disparatados y situaciones insólitas.

La más provocadora es la carrera que Jesús y Maria realizan a pelo en mitad de la banquisa y a continuaciónel chapuzón que, esta vez sólo María,realiza a 30 grados bajo cero en las profundas y oscuras aguas del Polo Norte.

Otro momento inolvidable esel encuentro con el grupo de rusos que encuentran en el mismísimo Polo Norte, recién llegado en helicóptero. Los turistas invitan a Jesús y los suyos a su extravagante juerga, a base de vodkay caviar. Probablemente, este es el episodio máshilarante de Desafío Extremo. Nada, en estas latitudes, parece razonable.