Los siete niños, desde la más mayor, que tiene trece años, hasta el menor, de un año de edad, han nacido en una familia donde no hay reglas o límites, según informa Metro.
La única regla que interponen los padres es que los niños no mientan y no se agredan entre ellos. Esta peculiar familia, cuyas normas llaman la atención, aparecerá próximamente en una serie documental llamada “Familias salvajes” que emitirá televisión británica, donde podrán explicar cómo es su vida.
Ninguno de los niños están escolarizados. Todos ellos han aprendido a leer y escribir gracias a sus padres, aunque cuentan con un control de los inspectores de educación anual.
"Solo improvisamos", ha delcarado Gemma, de 35 años, a The Mirror. "Si el tiempo es bueno les saco fuera y vamos a pasar el día por ahí; si llueve, entonces es un buen día para quedarse en casa y hacer cosas. No hay límites para que los niños continúen con su vida y hagan lo que deseen.', confirma.
Phoenix no quería aprender a leer, pero finalmente cambió su mente porque él quería enviar a sus amigos mensajes mediante su XBox. Los niños no hacen exámenes ni siguen el plan de estudios nacional, y están muy a la zaga de otros niños de su edad, pero Gemma dice que "no deben molestarse" por esto.
"Están detrás de sus compañeros en términos académicos, pero no me importa," afirma la madre. "El Gcse es una prueba de memoria, no se trata de ser inteligentes."
Sin embargo, afirma que reciben elogios sobre los niños, lo que significa que su sistema “funciona”.
“Pensamos acerca de cómo debemos criarlos y recibimos muchos elogios por lo increíbles que son los niños. Aunque parezca un poco salvaje, funciona".