Un grupo de investigadores de la Universidad de Innsbruck han realizado dos estudios en los que investigan cómo las preferencias por el sabor amargo se podrían relacionar o asociar con rasgos antisociales de la personalidad.
Para ello, tomaron como muestra 953 personas de entre 35 y 65 años, y siendo el 48% mujeres. Una vez elegidas, respondieron cuáles son sus preferencias y contestaron un número de cuestionarios sobre la personalidad, en el que se evaluaba el maquiavelismo, la psicopatía, el narcisismo, el sadismo cotidiano y la agresión.
Los resultados de ambos estudios confirmaron la hipótesis de que las preferencias de sabor amargo se asocian con rasgos de personalidad malévolos, con el sadismo y con la psicopatía. Por el contrario, las personas con una preferencia al sabor más dulce, eran más propensas a mostrar rasgos como la amabilidad, benevolencia y un mayor nivel de sociabilidad.
Esta investigación aportaría una importante relación entre la personalidad y los hábitos alimenticios, en la que se demuestra una alta correlación entre la preferencia y disfrute del sabor amargo con una cierta propensión al sadismo.