Inconsciente del peligro que corría, este abuelo australiano posa a escasos metros de una trampa para estos reptiles. Según cuenta NT News, su esposa accedió a realizar la fotografía que su marido le pidió. Muy cerca de una trampa con carne para los cocodrilos, el abuelo quedó inmortalizado en una fotografía que más tarde enseñaría a sus nietos de 14 años.
”La idea era enviar la foto a mis nietos para que pensaran lo grandioso que era su abuelo”, narra el hombre al portal australiano. Pero estos, lejos de pensar que ésta sería una gran hazaña, reprocharon a su abuelo el gran peligro que corrió al tomar la fotografía y quedaron desencantados con la imagen. “Pensaron en lo tonto que es su viejo abuelo”, confiesa el hombre.
A pesar de las críticas de sus nietos, el hombre afirma que no corrió ningún peligro ya que según el goza de una “buena visión para saber si vienen cocodrilos o no”.
Afortunadamente el abuelo no sufrió daño alguno aunque ahora se enfrenta a seis meses de prisión y a una multa de 60.000 euros por interferir y dañar una trampa para cocodrilos.