Dentro de este sector, que agrupa los consumos de los combustibles utilizados ya sea por carretera y ferrocarril, aviación nacional e internacional o navegación doméstica, solo el transporte por carretera representó el 54% del total.
Detrás, aunque muy lejos en consumo, figura la aviación internacional, con el 8%. Por su parte, la producción de electricidad (sector transformación) representó un 7% del consumo nacional.
En España, la mayor parte del consumo de productos petrolíferos se destina a uso energético, con el 92% del total, mientras que el consumo de uso no energético se localiza fundamentalmente en el sector industrial, seguido del sector transporte, con los lubricantes, y cierta cantidad residual en otros sectores.
Así, la distribución por productos del consumo total de 2015 apenas sufre variación con respecto a 2014, manteniéndose los gasóleos (58%) como el grupo de productos petrolíferos más utilizado, seguidos de los querosenos (11%) y las gasolinas (10%).
Sin embargo, si el análisis se realiza por sectores y productos se aprecian variaciones más relevantes. El incremento del consumo de coque en el sector transformación, que del 11% representado en 2014 pasa al 30% en 2015, y su desaparición del sector energía, provocan modificaciones sustanciales en la distribución de los consumos en ambos sectores.
En concreto, el sector energía (0,04% del total) reduce su consumo un 49%, que corresponden íntegramente a gasóleos. Se trata de los consumos de las empresas energéticas en apoyo a sus actividades extractivas (minera, petróleo y gas) o en el funcionamiento de las actividades de operación de las plantas de transformación, así como el consumo en altos hornos no dedicado a transformación.
En el caso del Sector Transformación, que supone 8%, la participación de los gasóleos desciende hasta el 22% (37% en 2014) y la de fuelóleos al 46% (51% en 2014%).
El resto de sectores mantienen un 'mix' de productos petrolíferos similar al año anterior. Así, el sector transporte mantiene como principal producto el gasóleo (68%), seguido de los querosenos (17%) y las gasolinas (14%), con el mismo reparto porcentual que en 2014.