Torturado durante un fin de semana por sus compañeros de piso

cuatro.com 25/05/2012 08:16

Seis personas han sido detenidas por la policía de Utah, EEUU, después de someter a un maratón de torturas a su compañero de piso.

El grupo de agresores mantuvo atado a un hombre a una silla para golpearlo con objetos contundentes, le cortaron la piel, le graparon los labios, porque pensaban que este era el responsable de varios asaltos ocurridos en el vecindario.

Los arrestados Jennifer Moisés, de 30 años, Carl Lee Moisés, de 26 años, David Masters, de 55 años, Paula Master, de 43 años, Brandon Haggard, 20, y Tracy Jordan, de 45 años, compartían la misma casa, en Magna, con su víctima.

Los detenidos llevaron a Thomas Chapman, de 41 años, al sótano de la casa, donde lo ataron a una silla. Ahí comenzó su pesadilla, que comenzó a las 21.00 del sábado y terminó a las 4.00 de la mañana del día siguiente, según publicó ' TheNYdaily'.

Al hombre, que llevaba apenas una semana compartiendo la casa, le graparon los labios y las orejas, lo cortaron por todo el cuerpo con un cuchillo que constantemente le ponían en el cuello, lo golpearon con toda clase de objetos.

"Pensaba que me iban a matar", contó a la policía la tortura que duró siete horas.

"Uno de los detenidos aseguró que en las últimas semanas varias personas habían realizado asaltos

armados con pistolas en la calle" donde vivían.

Ellos creían que Chapman estaba relacionado con esto, explicó a los medios el teniente de la policía Justin Hoyal.

El grupo finalmente dejó ir a Chapman a las cuatro de la mañana después de que este suplicara por su vida, dijo la policía.

El apaleado huyó en calzoncillos y con las manos atadas a casa de un amigo que vivía muy cerca y desde allí llamó a la policía.

Los seis compañeros de casa de Chapman fueron arrestados y acusados de secuestro agravado, asalto, obstrucción a la justicia y pertenencia a pandilla.

Chapman fue atendido en un hospital por heridas, magulladuras y huesos rotos en la cara.

La policía no aclaró si este tenía vinculación con los ataques que le achacaban sus compañeros.