Los diez perfiles advertidos por S21sec incluyen tanto a empresas e instituciones públicas como a personas particulares, que están divididas en grupos en función de sus edades y de su ocupación. Según los expertos, esta personalización permite crear una toma de conciencia más realista y práctica.
En función de la edad, el primero de los grupos es el de los adolescentes, usuarios de Internet a diario tanto desde PC como desde móviles. Su principal preocupación debería ser la salvaguarda de su identidad digital y de la información que comparten (datos personales, escenas íntimas y privadas...). Sus padres y familiares conformarían el segundo grupo, y para ellos las principales recomendaciones son activar el control parental y tener especial atención a cualquier indicio de 'grooming' o 'sexting'.
Los jóvenes universitarios y 'millennials' forman parte del tercer grupo identificado por S21sec. Al ser nativos digitales, consumen tecnología en todas las formas posibles, aunque a veces con un exceso de confianza. Su mayor amenaza es el 'malware' móvil, los ciberchantajes o 'ransomware' y la pérdida de contraseñas o datos bancarios.
En función de su ocupación, la empresa de seguridad destaca dos grupos de especial importancia: los educadores y los 'influencers'. Los profesores deben poner especial atención en identificar y prevenir casos de ciberacoso, mientras que los líderes de opinión del segundo grupo tienen como principal amenaza el 'phishing' o la suplantación de identidad.
En cuanto al mundo profesional, existen cuatro grandes perfiles dividos en función del tamaño de la empresa: desde los autonómos hasta las entidades bancarias, pasando también por las medianas y grandes empresas.
Los autónomos y pequeñas empresas tienen como principal preocupación el 'ransomware' y los chantajes por recuperar sus datos robados, algo que les sucede también a las medianas empresas, cuya inversión en ciberseguridad es más baja. Por su parte, las grandes empresas deben defenderse ante ataques dirigidos, el robo de información confidencial, el cibersabotaje y el ciberespionaje.
Las entidades bancarias conforman una categoría aparte, especialmente crítica por lo delicado de la información que manejan. Son víctimas de diversos tipos de ataques, desde el fraude 'online' hasta el 'malware' con el que los ciberdelincuentes atacan los cajeros automáticos.
Por último, el décimo perfil mencionado por S21sec corresponde al sector público. Las instituciones ofrecen cada vez más sus servicios a los ciudadanos a través de Internet, pero para ello deben protegerse especialmente ante el ciberespionaje, las fugas de información y los ataques dirigidos por grupos de 'hackers' o incluso por otros países.
"En este decálogo hemos querido recoger cada perfil y su problemática de un modo conciso, práctico, para hacer una foto de conjunto que nos ayude a todos a entender los ciberriesgos a los que nos enfrentamos en la actualidad", ha destacado el vicepresidente del consejo de administración de S21sec, Xabier Mitxelena.