La cámara pesa alrededor de 400 gramos y se adapta a un dron para ofrecer mediciones detalladas para la agricultura de precisión, aunque también tiene potencial en silvicultura, monitoreo de biomasa, manejo de desechos y contaminación, según la ESA.
El aparato aprovecha el potencial de un nuevo chip de imágenes hiperespectral del Centro de Investigación Nanoelectrónica (IMEC), que lo combina con el procesamiento de imágenes de la entidad VITO Remote Sensing, en colaboración con el trabajo de la ESA con los satélites de detección remota.
Según los investigadores, la imagen hiperespectral captura "muchas" bandas de longitud de onda "muy estrechas" en lugar de las tres o cuatro bandas más amplias, por lo que se pueden visualizar más colores y "detectar ciertos fenómenos de forma más rápida y precisa" para "actuar a tiempo" en el campo de la agricultura de precisión, según han señalado.
Por el momento, tal y como han explicado los desarrolladores, la cámara está en proceso de prueba en Dinamarca, Australia e Italia hasta que se lleve a cabo una versión comercial final.