La noticia, difundida por el Diario del Pueblo, citando a la Administración Nacional del Espacio de China, ha sido interpretada por medios de comunicación estatales como respuesra a las ambiciones del presidente estadounidense, Donald Trump, de revitalizar la exploración espacial.
El lanzamiento supondrá nuevos retos para China en la recolección de muestras, el despegue de la luna y la reentrada de alta velocidad a la atmósfera terrestre, convirtiéndola en "una de las más complejas y difíciles misiones espaciales de China", declaró Hu Hao, un funcionario del programa de Exploración Lunar de China.
El presidente chino, Xi Jinping, ha pedido que China se convierta en una potencia mundial en la exploración espacial. "No hace mucho, la Administración de Trump de Estados Unidos reveló su ambición de regresar a la Luna, y nuestro país también anunció una serie de planes de exploración espacial", dijo el medio oficial Science and Technology Daily. "La Luna es la primera parada para la marcha de la humanidad hacia el espacio profundo", añadió.
La nueva sonda de China es el último paso en su programa de exploración lunar. En 2013, completó su primer "aterrizaje blando" lunar desde 1976 con la nave Chang'e-3 y su rover 'conejo de jade'. China pretende enviar un sonda al lado oscuro de la Luna en 2018, el primer viaje de este tipo, y espera poner a los astronautas en la Luna en 2036.