Ambas entidades han asegurado que las imágenes fueron obtenidas y distribuidas sin consentimiento de la menor y, a su juicio, podrían ser consideradas legalmente como pornografía infantil y acoso sexual.
Asimismo, estiman que podría tratarse de una violación del derecho al honor y el derecho a la intimidad y a la propia imagen, además de la cuestión administrativa de la protección de datos "en su manifestación conocida como derecho al olvido.
En todo caso, han señalado que las imágenes no se encuentran ya en su ubicación original, aunque aseguran que "sería deseable" que se hubiera actuado "mucho antes" e instan a Google a que intervengan para cancelar las fotos de Amanda Todd, que se suicidó el pasado 10 de octubre.
En este sentido, tanto la Asociación de Internautas como Pantallas Amigas han subrayado la importancia de que se establezcan "protocolos de actuación de urgencia" y "mecanismos" que permitan a las autoridades competentes dictar la retirada de contenidos relacionados con el ciberacoso y salvaguardar los derechos de la infancia.