El condenado localizó a sus víctimas por la calle, donde las amenazó con un arma -que resultó ser falsa-, las obligó a seguirle hasta una zona llana apartada en la ciudad de San Rafael, según informa Minuto Uno.
Una vez allí, manoseó a una de ellas y obligó a la otra a hacerle una felación. Ambas mujeres le denunciaron en una comisaría cercana y fue pillado por un descuido: volvió al lugar de los hechos para recoger su cartera y su móvil.
Por si los hechos no fueran de por sí indignantes, Mamani se pasó todo el juicio riéndose de sus víctimas y se negó a admitir lo ocurrido. Pero la justicia actuó en su contra, condenándole a seis años de prisión.