Así, durante el evento, especialistas en mediación, pedagogía y psicología dieron a conocer el recurso de la mediación en el ámbito educativo y promovieron su uso para "inspirar iniciativas que tengan un impacto en el bienestar social", según ha asegurado la presidenta de UNAF, Ascensión Iglesias.
"No nos han formado para abordar los conflictos. A nuestras y nuestros jóvenes se les enseña mucho sobre matemáticas, pero no se les forma para que aprendan a gestionar los problemas de una manera adecuada", ha señalado el profesor experto en convivencia en centros educativos y presidente de la Asociación Convives, Pedro Uruñuela.
Uruñuela ha destacado además que "la perspectiva más frecuente hacia el conflicto es negativa", pues en su opinión no se forma a los jóvenes para abordar el cambio, lo que genera "gran resistencia". Por ello, la mediación se presenta como un recurso que, según Uruñuela, "no solo ayuda a llegar acuerdos para mejorar relaciones, sino que es una cultura, un estilo de vida, un conjunto de valores y actitudes que promueven el pensamiento crítico y las habilidades sociales".
En este sentido, la mediadora familiar y técnica del programa 'Sensibilización a la mediación y resolución de conflictos en centros escolares' de UNAF, Sandra Cabrera, ha defendido la importancia de la buena relación familia-escuela. "Tanto las familias como las escuelas deben ser conscientes de que tienen en común algo muy importante: la educación de sus hijos e hijas".
Cabrera ha subrayado que la colaboración entre ambas aumenta la motivación de los jóvenes, así como su participación y la aceptación de los objetivos propuestos. En ocasiones, existe, sin embargo, un exceso de permisividad o de control por parte de los progenitores.
Por su parte, el técnico del Servicio de Mediación entre Padres/Madres e Hijas/os Adolescentes de UNAF, Gregorio Gullón, ha coincidido en la necesidad de cooperación entre escuela y familia, ya que, en su opinión "mejora el rendimiento académico, el ajuste escolar, el desarrollo de habilidades sociales y el comportamiento en casa y en el colegio".
Además, se ha referido a la etapa de la adolescencia como "un desafío individual, familiar y social que exige adaptación y aprendizaje". Por ello, ha recomendado que "tanto madres como padres" asistan a las tutorías, pues ha asegurado que "ambos tienen que ser partícipes de la transformación a la que se enfrentan sus hijos e hijas y de los conflictos en los que se ven inmersos".
Por otro lado, la doctora en psicología, pedagoga y mediadora, Mª Luz Sánchez García-Arista, ha explicado que los conflictos "son oportunidades de dar respuesta mejorando el resultado" y ha propuesto la "mediación educativa contextualizada" pues ha revelado que esta máxima de "hablando se entiende la gente" es la más recordada por los alumnos y la que más acaban aplicando a otros entornos de su vida".
Sobre este tipo de mediación educativa han comentado también algunos alumnos, como Alba, alumna del IES Juan de Herrera (San Lorenzo del Escorial) que ha asegurado que "al hacer mediación, se junta a dos personas que necesitan hablarse, para darse cuenta de qué siente la otra persona y ponerse en su lugar".
En esta línea, Ángel, alumno del IES Pradolongo, ha explicado que cuando se media entre dos o más personas "se exponen las reglas del juego", al tiempo que "se les pide que expliquen sus puntos de vista sobre cuál ha sido el problema".
Por último, otros centros que ya han introducido la mediación son el IES Arturo Soria y el CEIP Navas de Tolosa. Estos centros constituyen, según la fundadora e impulsora del servicio de mediación familiar de UNAF, Ana María Pérez del Campo, "el claro ejemplo de que promover la mediación educativa no solo ayuda a jóvenes a adquirir las herramientas necesarias para afrontar los conflictos", sino que además, "les enseña una nueva manera de relacionarse y de convivir".