Según informa Chicago Tribune, la joven madre y su hijo se separaron de su primo, Ronnie Betts, de 19 años, y se encaminaron hacia dentro de un callejón. Allí les esperaba un hombre armado que les tendió una emboscada: abrió fuego contra la progenitora y su niño. La madre murió por un disparo en la cabeza, y el niño de 4 años fue herido en el brazo.
Por suerte en ese momento Betts se encontraba cerca de ellos, por eso cuando escuchó una docena de disparos se dirigió al callejón y vio que el pequeño iba corriendo hacia él. El menor de 4 años tenía una herida en el brazo y estaba sangrando y llegó a Betts gritando “¡Han disparado a mamá!”.
Betts se dirigió a socorrer a su prima y vio como el asaltante se metía rápidamente en un Chevrolet Impala plateado y huía de la escena del crimen.
“A pesar de que vio al niño, siguió disparando” lamentaba Betts mientras hablaba con la policía. Momentos después, la familia de la madre fueron llegando y se dieron consuelo los unos a los otros.
Andrew Holmes, activista de la organización anti-violencia de Chicago dijo que ofrece una recompensa de mil euros si logran aportan algún dato que facilite información sobre el asesino.
Este caso no hace más que sumarse a la oleada de tiroteos que está viviendo Chicago, ya que desde la mañana del viernes ha habido 13 tiroteos en las calles de Chicago, pero en muchos casos la policía no puede atrapar a los asaltantes.