El agua empieza a ganar la batalla. Así baja el Arga a su paso por Pamplona. Ya ha obligado a cortar el tráfico en la circunvalación de la ciudad. En sólo 24 horas, el río ha multiplicado su caudal casi por cinco y sigue creciendo, porque sigue lloviendo aunque de momento la situación está controlada. Cautela porque para las diez de la noche se espera otra crecida así que toca desalojar las zonas inundables. Los vecinos se afanan en vaciar sus sótanos y sus garajes. Y si seguimos el curso del arga, encontramos huertos y campos anegados, jardines convertidos en ríos y puentes por los que ya no pasa ni un centímetro más de agua. El gobierno navarro mantiene activa la alerta por riesgo de inundación en toda la cuenca del Arga. Mientras, en la del Bidasoa están movilizadas varias dotaciones de la policía foral y de bomberos especializados en rescate acuático.