Cuando uno se realiza un tatuaje normalmente le gusta que se vea, todo lo contrario que pretenden Verónica Quintanilla y su hija, Victoria Vargas, quienes desean que el lazo que se realizaron en la cabeza, no se vuelva a ver en la vida.
Verónica Quintanilla es la segunda vez que lucha contra un cáncer de mama y tras su última sesión de quimioterapia, su hija decidió afeitarse el pelo de su cabeza en solidaridad con su madre. Además de eso, ambas acudieron a una tienda de tatuajes para que les tatuasen en la cabeza un lazo rosa (el símbolo de la lucha contra el cáncer), un dibujo que espera no volver a ver en el momento en el que les crezca el pelo.
En declaraciones de Quintanilla al portal Today, aclaró: “Estos tatuajes son algo especial entre mi hija y yo, para nunca volver a verlos. He estado calva dos veces en mi vida por el cáncer. No pienso volver a estarlo de nuevo”.