Cinco cosas que no sabías sobre la resaca

Noticias Cuatro 21/11/2015 13:17

Deshidratación

El principal problema es que estás deshidratado y ésa es la raíz de todos los males. El alcohol inhibe el funcionamiento de unas hormonas antidiuréticas llamadas vasopresinas (ADH), su función es que los riñones ahorren agua lo que provoca un aumento de la producción de orina temporal. Esto es lo que hace que en las discotecas y pubs haya tanta cola para ir al baño. Orinar con más frecuencia conlleva una mayor eliminación de agua llevándose consigo sales minerales y otros compuestos necesarios para el cuerpo.

No todos sufren de resaca

No todo el mundo sufre este mal, hay afortunados inmunes a la resaca. Según un estudio de la Boston University School of Public Health, un 23% de la población ofrece una resistencia inusitada al alcohol. Esto significa que dos de cada diez de los que estuvieron contigo de copas anoche, hoy se sienten como nuevos. Y es ahora cuando la envidia empieza a apoderarse de tí.

Dolor de cabeza

El dolor de cabeza infame que te invade tras una noche de copas es una consecuencia más de la deshidratación. Uno de los tejidos que más la acusa son las meninges, de ahí esa horrible martilleo. La deshidratación también provoca sequedad de la boca y sensación de vértigo.

Hambre

Es normal que en días de resaca sufras ataques de hambre. La culpa la tiene la reducción de los niveles de azúcar en sangre. En casos así lo mejor no es comer una hamburguesa ni tampoco una pizza, la más recomendable son los alimentos suaves como galletas o pan, que pueden elevar la glucosa en la sangre y son fáciles de digerir. Hay personas que recomiendan alimentos ricos en fructosa porque se supone que ayudan a metabolizar el alcohol y así eliminarlo con más rapidez.

Si fumas, mucho peor

Las resacas son peores para los fumadores. Un estudio publicado en Journal of Studies on Alcohol and Drugs demostró que tomando el mismo número de copas, las personas que fuman tienen más y peores resacas. Aún no se sabe la razón exacta, pero se sospecha que alcohol y tabaco liberen la misma hormona, la dopamina, un neurotransmisor del cerebro responsable de hacer que el cuerpo se sienta relajado.