La muerte de Rebecca, una joven estudiante británica de derecho disparó todas las alertas en Ibiza por tratarse del segundo fallecimiento en similares circunstancias y con escasas horas de diferencia. Como informa Daily Mail, la joven falleció en la habitación de un hotel ibicenco el 28 de septiembre de 2015 pero su cuerpo fue descubierto por el personal del establecimiento dos días más tarde.
El cuerpo sin vida de Rebecca se encontró rodeado de un gran charco de sangre a la altura de la cabeza y en su estómago se halló posteriormente un bolsa llena de pastillas de éxtasis.
Los forenses españoles recogieron en su informe que la bolsa con droga se había troto en el interior del estómago de la joven provocando su muerte en apenas unos minutos dada la altísima concentración de este tóxico, más del doble de la dosis mortal, encontrado en su sangre.
La madre de Rebecca, Margarita Brock, ha declarado ahora ante un juez británico y en su testimonio ha reconocido que su hija le había contado que había probado anteriormente la cocaína aunque había sido un coqueto muy breve con esta droga.
Margarita defendió la inocencia de su hija al afirmar que era incapaz de tragar pastillas. En su relato ante la corte, dijo que era imposible que lo hiciera por lo que en muchas ocasiones había tenido problemas para seguir tratamientos pautados por facultativos.
Por ello ha asegurado que "debieron obligarla a la fuerza a ingerirlas".