La joven australiana cuenta ahora a los medios de comunicación el calvario que sufrió durante los 5 años que vivió recluida en contra de su voluntad en Siria.
Con tan solo 13 años acudió de vacaciones a Egipto con su hermano y fue allí donde la familia del padre junto al padre, raptaron a Rania y la llevaron obligada a Siria. Una vez en Siria fue forzada a contraer matrimonio con primo suyo, mucho mayor que ella.
Como recoge el diario Dailymail, Rania tenía una profunda depresión y solo pensaba en volver a su casa en Australia: “cuando llegué a Siria querían saber si era virgen y me sometieron a una prueba de virginidad antes de casarme”
A pesar de los resultados de la prueba que afirmaban su virginidad, su padre y hermano la pegaron fuertemente.
Tras años de violencia y sufrimiento, tras haber cumplido 18 años, pudo escapar y ponerse en contacto con la embajada británica, quienes le ayudaros a huir del calvario que había sufrido.