Si quieres, puedes: empieza la secundaria a los 82 años

Noticias Cuatro 08/11/2017 00:10

Lucero, jubilado y residente en La Humada, una localidad del Departamento Chical Co, en la provincia de La Pampa, Argentina, recuerda que desde su infancia, y hasta los treinta años, después de la muerte prematura de su padre cuando él era un bebé, trabajó en el campo.

A pesar de que Crisoto solo llego a acabar cuarto grado (lo que equivale a cuarto de primaria en nuestro país), comenzó a trabajar en el sector petrolífero y cuenta orgulloso que durante veinte años fue baterista y recorrió un sinfín de pozos de petróleo, según informa Clarín.

Pero el joven Lucero empezó a copar más tareas, cada vez más complejas, hasta que un día le pidieron que elaborara la producción de gas, algo que era inviable debido a sus escasos conocimientos matemáticos: ahí fue cuando se dio cuenta de lo necesario que eran los estudios.

Finalmente, en 2007, después de haber trabajado durante toda una vida, Crisoto se jubiló. El hombre, cuya única familia son sus dos hijas, sus nietos y bisnietos, decidió continuar sus estudios y completó entre 2013 y 2015 los dos últimos años de la primaria.

El anciano dice que la seño Neria, así es como llama a su profesora, le ayudó y que ella fue quien de verdad le convenció para que siguiera estudiando la secundaria, ya que, según ella, estaba capacitado para ello.

A pesar de los buenos resultados académicos aun con su avanzada edad, Crisoto tuvo algunas complicaciones al empezar la secundaria. “Empecé el año pasado, pero tuve problemas en la vista. Fui al oftalmólogo y tenía alta presión ocular. Ahora se me pasó y ya pude volver.”, ha relatado.

“Por el día voy al negocio de mi hija”, dice el anciano. Luego, tres veces por semana, acude a clase durante algo menos de dos horas. Después de terminar biología e historia, ahora se encuentra cursando lengua y literatura. “Me dan las cosas en el ordenador y de ahí estudio”, cuenta.

“Algunos compañeros lo dejaron. Yo le digo a la gente que termine. No hay que abandonar cuando se tienen posibilidades.”, ha relatado Crisoto desde la experiencia, pues él ya ha aprendido esta profunda lección de vida.